España/UE/Marruecos
Miruca Falcón (6/12/2011)el-acuerdo-de-pesca-entre-marruecos-y-la-ue-es-ilegal
Antes del día 15 se votará en el Parlamento sobre la conveniencia de firmar un nuevo Acuerdo de Pesca con Marruecos. Las opciones son las siguientes: a) realizar una nueva y segunda prórroga del ya existente; b) no negociar ningún Acuerdo nuevo; y c) negociar un nuevo Acuerdo en el que expresamente se declare que las aguas del Sáhara Occidental, es decir al sur del paralelo 27º 40″, quedan excluidas.

La primera opción queda descartada porque la situación ya es tan negativa para la UE que prorrogar más de lo mismo no es deseable. La opción b significaría que la UE renuncia a pronunciarse sobre si Marruecos tiene derecho a explotar el Sáhara sin el debido permiso de sus legítimos dueños. Por otro lado, aunque oficialmente los barcos europeos no podrían pescar, se crearía una situación propicia para que muchas empresas (sobre todo las grandes) optasen por constituir empresas mixtas y con pabellón marroquí en sus barcos, de modo que el expolio de las aguas saharauis continuaría y además, en algunos casos se podría originar el furtivismo y el trapicheo amparado por la falta de medios suficientes de control en los puertos marroquíes y por supuesto también por la corrupción generalizada a todos los niveles.

Todos los pescadores saben a lo que me refiero porque lo han vivido en sus carnes. Los europeos continuarían pescando en el Sáhara y los productos seguirían vendiéndose en Europa sin la menor cortapisa, ya que todas las capturas serían etiquetadas como «producto marroquí» sin importar de qué puerto viene o en qué zona fue pescado

La tercera opción sería una afirmación en toda regla de que la Unión Europea no reconoce a Marruecos la propiedad de las aguas saharauis. Desde el punto de vista del conflicto es la mejor opción para la causa saharaui ya que constituiría un apoyo moral y un argumento a exponer ante los empresarios que continúan invirtiendo en el Sáhara y en las empresas mixtas que comercian con sus productos.

Si el empresario ve que la propia UE declara que no se debe comerciar con productos del Sáhara, intentará buscar productos alternativos ante un futuro incierto que le podría traer problemas y no le conviene. Afortunadamente, el comercio mundial del pescado es inmenso y las opciones de buscar y encontrar otros caladeros y otros socios en otros países abre muchas puertas a los empresarios europeos.