España/Economía
Manuel Funes Robert (5/12/2011)mariano-rajoy-y-soraya-saenz-de-santamaria
Acabamos de vivir una segunda tanda de oferta gigante, gratuita y definitiva: la oferta de liquidez en euros o en dólares procedentes de la liberalidad de los sietes bancos centrales más importantes. Bastaría la oferta de uno solo, la del BCE, pero previendo quizá oposiciones internas dentro del propio instituto emisor europeo, ha brillado la generosidad y también el propio interés para que las fuentes más importantes de liquidez del mundo se hayan puesto a disposición para salvar la situación europea que en el fondo, no es más que una crisis gigante de liquidez debido a la inoperancia del citado BCE.

La oferta se repite por segunda vez y su mero anuncio ha bastado para que resurja instantáneamente y sin precedentes las alzas en las bolsas y mercados. En España y como primera simpleza tenemos la de Soraya, que al igual que su jefe afirma una y otra vez que el objetivo del PP es acabar con el paro, que es lo mismo que decir que quieren resolver el problema o que quieren hacer las cosas bien, afirmación innecesaria por ser obvia y común a todos los políticos. Y al tener como referencia técnica únicamente la alusión a la austeridad, lo que en realidad nos ofrecen es menos demanda y por tanto, más crisis.

Llamazares ha expuesto y a recogido al milímetro mi visión del tema y al coincidir con dos declaraciones importantes de Rubalcaba y con un remato acertadísimo de ZP («pido al BCE una respuesta contundente») sitúa a la izquierda como la única formación que apunta en la buena dirección.

La Merkel sigue obstinada en su oposición a toda intervención del BCE diciendo que a este banco no le corresponde imitar a la FED. Y como toda explicación al respecto dice «que sus estatutos se lo prohíben». Y además porque  aceptar ese principio sería disminuir el rigor de cada país para poner de su parte lo necesario para resolver. Pero ocurre que el que no cumple con su obligación es el BCE cuyo nuevo responsable ya ha afirmado que no se separará de la política de su antecesor. Porque aunque llegara a bajar los tipos, que ya están al 1,25 parar los prestamos que haga dicho BCE, ese bajo interés no opera si no hay prestamos al os que aplicarlos.

Por otra parte estamos repitiendo las condiciones que se dieron al comienzo de la crisis, sobre la cual Merkel ya ha anunciado que durará varios años. La crisis comenzó al pasar los tipos de interés del 2 al 5% deteniendo brutalmente la actividad económica. Ahora los estados se tienen que financiar al 6% debido a la inacción pasividad del BCE con lo cual el endeudamiento de estos estados aumenta en vez de disminuir.

En cuanto a los millares de embargados y desahuciados, les siguen pasando los recibos aumentando su cuantía, no solo cuando suben los tipos sino que además coincide en el tiempo la bajada del precio de sus viviendas, bajada a la que contribuyen los bancos para deshacerse de los miles de viviendas que han caído en sus manos.

De lo anterior se deriva que la falta de liquidez es, insistimos, el problema básico. Tras haber aludido a la simpleza de Soraya cuando afirma que el programa del PP consiste en resolver el problema nos topamos con otra simpleza de la Merkel cuando se aferra a la independencia de los bancos centrales para que no puedan ser manejado por los gobiernos, afirmación a la que cabe dar la vuelta afirmando que ser independiente de los gobiernos es compatible con ser dependiente de los mercados.

En fin, la serie de simplezas que hemos puesto en boca de nuestros gerentes españoles y europeos nos empuja a una crisis radical por primera vez mundial por ser muy superior a la del 29 que para deshonra de la humanidad coincide con la primera vez en la historia en la que el dinero  pasa de ser inmodificable en su cantidad a ser una variable en manos de los Estados. «nuestros males pueden proceder no de circunstancias objetivas sino de un fallo en los procesos inmateriales de la mente» (Keynes).