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Manuel Funes Robert (28/5/2012)
La independencia de los bancos centrales respecto a sus gobiernos es condición necesaria y muchas veces suficiente para que estos  dependan de los mercados privados.

Y nos complace un detalle más: al hablar de la crisis se concreta su forma como no se ha hecho antes, aludiendo a que se trata de falta de liquidez y financiación. Pero sobre este progreso doctrinal se proyecta el fantasma que anula las pretensiones de que intervenga del BCE como proveedor que es en última instancia, de liquidez. Y así, Rajoy, cuando al mantener la presión sobre el BCE alude a su reconocimiento de la independencia, esta  transformando su acertada propuesta en un mero ruego que no tiene por qué atender su destinatario. Vemos con satisfacción que al hablar de la solución de la crisis se cite una y otra vez al BCE como pieza central y clave. Todavía se acompañan las alusiones a la austeridad como necesaria, cuando no es que no baste, sino que sobra por lo que tiene de contraproducente.

Cuando desaparece el patrón oro se empieza a vivir en gran parte del mundo pleno empleo, sociedad de consumo y estado de bienestar. Hasta entonces había que invertir primero y  ahorrar y para ahorrar había que crecer. Con el cambio monetario los bancos centrales pasan a ser la fuente natural y legítima y sin limitación cuantitativa para invertir.

¿Cómo preparan los mercados privados resistir a esta amenaza para ellos, que es buena ventura para la población? Principalmente magnifican la inflación como causa suprema de los males económicos y la atribuyen  al aumento de dinero, siendo así que la inflación afecta a la capacidad adquisitivo de las monedas y no necesariamente a la capacidad adquisitiva de las personas como lo demuestra el hecho de que cuando más caras están las cosas, mas cosas tienen las gentes y es que el salario en alza vence y anula al precio en alza. El argumento del dinero abundante y nuevo crea el problema se deshace considerando que toda cantidad de dinero ha sido nueva, ha sido nueva y ha sido más alguna vez.

Sentada la base de la magnificación de la inflación sacan las consecuencia de que los gobiernos la pueden provocar si bcetienen a sus órdenes a lo institutos emisores  por lo cual conviene al bien común que los bancos centrales sean independientes de los gobiernos.

La unión monetaria ha servido para sustituir doce bancos centrales por uno solo y así los mercados solo tienen una institución a la que someter: el Banco Central de Europa, muy útil a los efectos políticos de la unión y fatal para le economía europea .De ahí que toda manifestación a fa favor de la independencia del BCE sea una victoria sin precedentes  para los mercados que nunca tuvieron tanto poder. Y no porque no lance dinero sino porque lo lanza en cuantía insuficiente y eso obliga a los Estados a endeudarse en el mercado privado la liquidez que les falta.

Cuando se invoca la claridad de los estatutos creadores del BCE para no inyectar dinero se olvida que los estatutos son fruto de acuerdos libres de los Estados y que pueden modificarse.