Colombia
espacioseuropeos.com (29/8/2012)
soldados-colombianosEl gobierno colombiano hizo público los planes para mantener conversaciones de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el mayor grupo revolucionario que opera en el país. El Presidente colombiano, Juan Manuel Santos, en una comparecencia en el Palacio presidencial manifestó que se iban a iniciar conversaciones con las FARC, aunque no descartó que también con otros grupos. Eso sí, mantuvo la idea de que se iba a tratar por todos los medios de no cometer los errores del pasado: «Se han desarrollado conversaciones exploratorias con las FARC para buscar el fin del conflicto. Quiero manifestar claramente,  a los colombianos que los acercamientos que se han hecho y los que se hagan en el futuro se enmarcan en los siguientes principios rectores. Primero: vamos a aprender de los errores del pasado para no repetirlos. Segundo: cualquier proceso tiene que llevar al fin del conflicto, no a su prolongación. Y tercero: se mantendrán las operaciones y la presencia militar sobre cada centímetro del territorio nacional».

Desde hace tiempo, sectores de la inteligencia colombiana y de otros países -no se descarta España- vienen trabajando para que se produzcan esas conversaciones entre el ejecutivo de Santos  y los líderes de las FARC.

Al parecer, está previsto que las negociaciones tengan lugar en otro país, bien en Cuba o Noruega. En los primeros meses de este año, el presidente Santos analizó la posibilidad de mantener conversaciones con la guerrilla con su homólogo Hugo Chávez y el ex presidente Fidel Castro.

Al darse a conocer a  la prensa  la existencia de ese diálogo entre guerrilla y gobierno colombiano,  el segundo grupo guerrillero de Colombia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), se ha mostrado dispuesto a  participar en el diálogo.

La posición actual del ejecutivo colombiano es muy distinta a la de la etapa de Álvaro Uribe. En la actualidad, el Ejército está mejor preparado y con mayor experiencia en la lucha en la selva, mientras que los servicios secretos han evolucionado profesionalmente a mejor. En el lado opuesto, la guerrilla se ha visto mermada en el número de guerrilleros y, sobre todo, en la captura o muerte de algunos de sus dirigentes.

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