Siria/Arabia Saudita
espacioseuropeos (6/11/2013)
Según informó Valerie Amos, coordinadora de Ayuda de Emergencia de Naciones Unida al Consejo de Seguridad, el 40% de la población de Siria se encuentra necesitada de ayuda humanitaria urgente. Ese porcentaje representa aproximadamente 9.300.000 sirios que dependen de la ayuda humanitaria suministrada por la ONU. Otros seis millones y medio de personas se vieron obligadas a abandonar Siria por temor a las consecuencias del conflicto. Sobre el número de muertos y heridos, los datos son confusos –depende de quién los facilite- pero la cifra es muy alta.
Esta es la gran victoria que ha conseguido Occidente ayudando así al rey Abdullah de Arabia Saudita, entre otros, que han apostado por acabar con el régimen de Bashar Al Assad aunque para ello tengan que arrasar el país. Las armas de “destrucción masiva” de Siria –en este caso armas químicas- han sido destruidas por la ONU, pero los servicios secretos de Estados Unidos al parecer han detectado que todavía existe un arsenal importante de ese armamento.
Por otro lado, el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, se ha preocupado de tranquilizar a Arabia Saudita respecto a los planes del Pentágono con Siria e Irán. El pasado lunes, Kerry visitó Arabia Saudita donde se reunió con el rey Abdullah para tratar de solventar las tensiones surgidas entre los dos partes a causa de Siria e Irán, aunque también trataron de las negociaciones de paz entre Israel y Palestina.
Por si fuera poco, Israel se ha sumado abiertamente a contribuir en el exterminio del régimen sirio, y para ello ha elegido objetivos militares e industriales. La semana pasada la fuerza aérea israelí atacó de noche varios objetivos militares sirios con el pretexto de que armamento sofisticado iba a ser entregado a la milicia chiíta libanesa de Hezbolá. No ha sido el primer ataque ni, posiblemente, sea el último. En lo que va de año, aparte de sabotajes y otras acciones, el ejército de Israel ha atacado varias instalaciones militares.
Occidente ha entrado de lleno, sin entender la guerra entre sunies y chiitas, que se remonta a muchos siglos atrás. La rama suní del islam considera a la minoría alauí, a la que pertenece Bashar Al Assad, como unos apóstatas. Y en ese revolutum de religiones, que no aportan soluciones políticas, entran los interese petroleros, armamentísticos y geoestratégicos occidentales. Y en eso estamos.
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