Internacional
Espacios Europeos (27/8/2018)
El exembajador del Vaticano en Estados Unidos afirma que el Papa Francisco conocía los abusos del cardenal McCarrick desde junio del año 2013, pues él mismo se lo comunicó. Asimismo, acusa al Papa de seguir «encubriendo al cardenal ex arzobispo de Washington», aunque no aportó pruebas sobre lo denunciado.

Carlo Maria Viganò, de 77 años, pidió la renu0ncia del Papa Francisco al asegurar que conocía desde junio de 2013, las acusaciones de abusos sexuales del cardenal Theodore McCarrick, que fue “sancionado” por el Pontífice en el mes de junio de este año.

Viganò escribió una carta de 11 páginas, que publicaron algunos medios de comunicación –sobre todo conservadores-, en la que acusaba a otros miembros de la Curia de formar «un lobby gay» , además de haber encubierto las acusaciones contra el cardenal estadounidense.

Respecto al contenido de la carta, un portavoz del Vaticano respondió que no tenían ningún comentario que hacer “de momento”.  Esas declaraciones fueron hechas en el vuelo que llevaba al Papa a la ciudad de Knock, en Irlanda, para asistir al Encuentro Mundial de las Familias.

Tras el nuevo escándalo de sacerdotes y jerarquías de la Iglesia católica en Estados Unidos, el Pontífice apartó a McCarrrick del colegio cardenalicio y del «ejercicio de cualquier ministerio público, así como la obligación de que permanezca en una casa que le será asignada para una vida de oración y penitencia».

“Corrompió a generaciones de seminaristas y sacerdotes y el papa Benedicto XVI le ordenó retirarse a una vida de oración y penitencia», fue la respuesta que dio Viganò al Papa cuando le pregunto sobre McCarrick.

En la carta, Viganò afirma lo siguiente: «Sin embargo, Francisco, hizo de él su fiel consejero junto con Maradiaga (Óscar Andrés Rodríguez, cardenal hondureño). Sólo cuando ha sido obligado por la denuncia de un menor, y siempre en función del aplauso de los medios de comunicación, ha tomado medidas para, así, salvaguardar su imagen mediática».

Los abusos sexuales cometidos por al menos 301 sacerdotes en Pensilvania (Estados Unidos), aparte de los realizados por el cardenal Thodore McCarrick, ha provocado que más de 140 teólogos, educadores y líderes de asociaciones laicas, pidan a los más de 420 obispos estadounidenses que presentar su dimisión al Papa.

Esa petición la han hecho en Daily Theology, en los idiomas inglés y español, tras conocer el informe de la Corte Suprema de Pensilvania, hecho público el 14 de agosto por el Procurador General de este Estado estadounidense. Los abusos sexuales que tuvieron lugar durante siete décadas contra más de 1.000 niños se describe –según la misiva de los firmantes de la carta- “con una claridad nauseabunda”.

Los firmantes de la carta exigen a los obispos estadounidenses a que presenten su dimisión urgentemente, y sigan el ejemplo de los obispos chilenos que dimitieron en el mes de mayo tras conocerse las revelaciones de abusos sexuales. Pero el Papa Francisco solo aceptó cinco de las treinta y cuatro peticiones de dimisión.

El Papa Francisco ha pedido, una vez más, perdón, pero eso no es suficiente. Esos sacerdotes y jerarquías de la Iglesia Católica deben ser juzgados y, si procede, condenados por esos vergonzosos hechos. Pero mucho nos tememos que todo quede en eso, perdón, y punto final.