Sáhara Occidental
Alfonso Lafarga (13/6/2019)
- RSF exige a Marruecos que permita la entrada de la prensa internacional en el Sáhara Occidental.
- Insta al Gobierno marroquí a garantizar procesos judiciales justos para los periodistas saharauis y respeto a su integridad física y psicológica.
- Ejercer el periodismo en la excolonia española es un “acto de heroísmo” y sus protagonistas pagan con detenciones arbitrarias, acosos a sus familias, torturas, sentencias injustas y cárcel.
- Reporteros SF pide a España y Francia que rompan su habitual “silencio cómplice” con Marruecos.
Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha denunciado la persecución que sufren los periodistas saharauis por parte de Marruecos, que maneja con “mano de hierro” la información en el Sáhara Occidental, castiga “de forma implacable” el ejercicio del periodismo local y bloquea el acceso de los medios extranjeros.
RSF exige a Marruecos que permita la entrada de la prensa internacional en el Sáhara Occidental, con libertad de movimiento por el territorio, y ponga fin a la expulsión de periodistas, a la vez que insta al Gobierno marroquí a que garantice procesos judiciales justos para los periodistas saharauis presos, con los que se deben cumplir las exigencias de la ONU relativas a su liberación.
RSF, que promueve y defiende la libertad de informar y ser informados en el mundo, pide a Marruecos que cumpla con la Convención contra la Tortura de Naciones Unidas y respete la integridad física y psicológica de los periodistas saharauis, a la vez que solicita el respeto a los derechos fundamentales en el Sáhara Occidental, “entre ellos la libertad de expresión e información, que garantizan no solo el derecho de los periodistas saharauis a ejercer un periodismo libre, sino el derecho de los ciudadanos saharauis a recibir una información plural y veraz”.
Estas denuncias y exigencias se contienen en el primer informe mundial sobre la situación de la libertad de prensa en el Sáhara Occidental, “uno de los lugares más áridos del mundo para la información y el periodismo”, realizado por la sección española de RSF y del que es autora Edith R. Cachera, relatora y corresponsal de RSF en España. Presentado el 11 de junio de 2019 en la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), ha contado con la participación de la presidenta de los periodistas madrileños, Victoria Prego; del presidente de RSF España, Alfonso Armada; del presidente de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Nemesio Rodríguez, y del periodista saharaui Ahmed Ettanji, fundador y presidente del colectivo Équipe Média.
El informe analiza detalladamente la persecución que sufren los periodistas saharauis por parte de Marruecos, que ocupa el puesto número 135 de los 180 países y territorios que analiza la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de RSF: “Esta pésima posición, que coloca al reino alauí entre los países más desastrosos para el periodismo, se debe en parte a la mano de hierro que aplica con los periodistas de territorios “molestos”, como el Rif – cuyas protestas se saldaron, hace dos años, con gravísimas consecuencias para los reporteros locales que las cubrían- y el Sáhara Occidental”.
El silencio cómplice de España y Francia
RSF se dirige, también, a la Unión Europea, “y muy especialmente a los Gobiernos de España y Francia”, para que “rompan su habitual silencio cómplice con Marruecos y condenen la represión de los periodistas saharauis”.
El informe, que realiza un recorrido histórico sobre la última colonia de África, abandonada por España y ocupada por Marruecos hace más de 43 años, expone los nombres y circunstancias de los periodistas saharauis condenados a penas de cárcel, así como la mordaza impuesta a los informadores locales y extranjeros. Cinco informadores saharauis cumplen elevadas condenas en cárceles marroquíes, uno de ellos de cadena perpetua; otro salió en libertad el pasado 7 de mayo después de cuatro años de prisión.
RSF incluye el análisis de varios periodistas, tanto españoles como de origen saharaui, que inciden en el silencio de la prensa en España, exponiendo que Portugal, con una prensa mucho más modesta, ha mostrado más sensibilidad hacia excolonias como Timor Oriental de la que puede mostrar la prensa española con el Sáhara, que es casi nula.
Hay, también, una crítica al Frente Polisario, el movimiento de liberación saharaui, del que se dice que “basado en consignas propagandísticas que han variado muy poco desde la estética de los años 70”, su lenguaje no es atractivo a unos medios y a unas redes sociales que demandan historias que vayan más allá del mero eslogan político.
Los periodistas consultados echan en falta un activo departamento de comunicación en la Delegación Saharaui para España, y una estrategia comunicativa tanto de las autoridades saharauis como del movimiento solidario con el Sáhara.
Periodistas en la clandestinidad
RSF dice que pese a la severa represión de Marruecos y al silencio de los medios internacionales, “una nueva generación de reporteros saharauis corre extraordinarios riesgos para mantener viva la llama del periodismo e impedir que el Sáhara Occidental quede sepultado por las arenas del olvido”: sortean el férreo control marroquí y se organizan en la clandestinidad para contar lo que el Gobierno de Rabat no quiere que se sepa.
Lo hacen grupos de informadores como Équipe Média o Smara News, que graban desde las azoteas y, con una minuciosa organización, difunden sus trabajos por Internet en español, francés, inglés y árabe.
Ejercer el periodismo en el Sáhara Occidental es “un acto de heroísmo”, cuyos protagonistas pagan con detenciones arbitrarias, acosos a sus familias, difamaciones, torturas, la cárcel y “sentencias tan abultadas, como injustas”, según Reporteros Sin Fronteras, que cuenta que los periodistas saharauis son acusados de presuntos delitos cada vez más “creativos” -acusación contra la periodista Nazha El Khalidi de ejercer la profesión sin título oficial- para “torpedear cualquier atisbo de continuidad en el ejercicio de su profesión” y encerrarlos “con parciales y farragosos procesos judiciales de por medio”.
En este contexto, los periodistas saharauis han conseguido el reconocimiento de numerosos medios y organizaciones internacionales, que ya los utilizan como principal fuente de información del Sáhara Occidental.
Fuente: Contramutis.
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