Sáhara Occidental
Brahim Baba Yusef (21/9/2024)
En los últimos meses, el aeropuerto de Madrid-Barajas, ha sido testigo de la llegada de decenas de saharauis procedentes de los territorios ocupados, en vuelos procedentes de Marruecos. Huyen del infierno, de las restricciones y de las prácticas atroces del aparato represor marroquí. Una vida muy dura y difícil de soportar.
El número de saharauis que han llegado recientemente supera las 30 personas, y la cifra puede aumentar. Ayer, que sepamos, han desembarcado más de 20 saharauis, cuya nacionalidad aún no ha sido confirmada.
Pero lejos de lograr su sueño, esos saharauis se enfrentan a un trato inhumano por parte de las autoridades españolas: son “almacenados” –no se me ocurre otra palabra mejor que describa su situación- en las salas de asilo del Aeropuerto Internacional de Barajas. Un número indeterminado de esos desafortunados son deportados a Marruecos, el país ocupante del Sáhara Occidental.
Según fuentes de los despachos de abogados que tramitan las peticiones de asilo de saharauis, la mayoría son denegadas. Es evidente que las garantías procesales del procedimiento de asilo no son respetadas. Por ejemplo, durante la entrevista que mantienen nada más llegar con las autoridades españolas, se les impone un intérprete marroquí en contra de las recomendaciones del Defensor del Pueblo y de la normativa de la Unión Europea.
Abogados que tramitan esos expedientes de asilo, se quejan de que muchas de esas traducciones de los intérpretes marroquíes influyen en las denegaciones, ya que –quiero pensar- que son erróneas y no de intención. La mayor parte de los deportados son activistas y su activismo está más que acreditado.
Ante estas prácticas, los abogados especializados, se ven obligados a presentar solicitudes de apátrida, pero chocan con el factor tiempo. Y así los saharauis son deportados aunque sus solicitudes aún no hayan finalizado el proceso. Todo ello, a pesar de que, en legajo, figuran informes favorables acreditados por ACNEUR.
La Convención de Ginebra prohíbe la deportación de solicitantes apátridas al país ocupado, como es el caso de los saharauis.
Con este texto, pretendo dar visibilidad a una situación de excepción como la que se vive en el Sáhara Occidental, además de informar sobre el tratamiento que las autoridades españolas dan a los solicitantes de asilo. De esta modesta manera pretendo contribuir a la concienciación de los lectores, para que conozcan las injusticias sufridas por los habitantes de un territorio que, tanto legítima como legalmente, manifiesta el deseo de un Estado propio que dé pie al reconocimiento de una identidad diferenciada.
En definitiva, queremos lograr nuestra independencia, ser un país libre, sin ocupantes, tal y como ha reiterado en más de una ocasión la ONU y otras instituciones internacionales.
IMPORTANTE
Hay que dar a conocer por todos los medios posibles, la situación de los saharauis que se encuentran en las salas de Asilo del aeropuerto de Barajas. En estos momentos, allí están, entre otros, un joven sordomudo y enfermo de cáncer, que pidió asilo y está pendiente de ser deportado. En esa sala, también se encuentra una mujer saharaui, su marido y una hija de ambos de año y medio. La madre ha sufrido un aborto, pero nada más ser atendida en un centro hospitalario, fue devuelta ese mismo día al aeropuerto de Barajas.
Estos y otros muchos casos, no son casualidad, es una política que lleva a cabo el actual gobierno español.
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