Venezuela
Alejandra Durrell (27/9/2010)gustavo-de-aristegui-diputado-del-pp
El diputado del PP, metido ahora a observador, Gustavo de Arístegui, ha percibido un gran entusiasmo en los centros de votación -al parecer se los ha recorrido todos-, y ha señalado a los medios de comunicación, que siente la alegría, que la gente tiene paciencia y una voluntad férrea. Para añadir: «espero que sea un gran día para Venezuela».

Gustavo de Arístegui, que se encuentra en Venezuela como observador, nos imaginamos que aceptado o nombrado por el ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España, Miguel Ángel Moratinos, ha declarado que como observador debe mantener la prudencia y que no emitirá ningún juicio hasta que haya culminado el proceso electoral para evitar cualquier tipo de acusación por parte del gobierno venezolano.

Ayer en Venezuela se han celebrado elecciones legislativas, en las que tienen derecho a voto más de 17 millones de venezolanos, para renovar 165 escaños de la Asamblea Nacional. Estas elecciones se van a analizar con lupa, pues a través de ellas se quiere ver el desgaste o no del Presidente Hugo Chávez.

En España han podido votar más de 10.000 venezolanos, en cinco ciudades: Barcelona, Bilbao, Madrid, Vigo y Tenerife.

Ayer, el «observador» y diputado del PP, Gustavo de Arístegui, había declarado en algunos medios de comunicación españoles -la cadena COPE, uno de ellos- que el presidente Chávez había ordenado su expulsión. No sabemos si ello ha sido verdad, o simplemente, una versión del diputado para así ganar más credibilidad de la que tiene.

Sin embargo, el canciller venezolano, Nicolás Maduro, desmintió que se hubiera ordenado la expulsión del país del portavoz de Exteriores del Partido Popular en el Congreso de los Diputados: «Esa información es falsa, es una especulación periodística, lo que sí es cierto que estas declaraciones que ha hecho este señor del Partido Popular de España se están evaluando, el poder electoral que es el poder rector del proceso electoral las está evaluando».

Si parece que el gobierno venezolano retiró la credencial a un acompañante de Arístegui, debido a unas declaraciones que hizo en  un programa de la cadena  Globovisión -opuesta a Hugo Chávez-, referidas a que en Venezuela existe una «gravísima regresión de las libertades».

Hombre, que el señor Arístegui vaya alardeando de demócrata ahora nos parece el colmo, sobre todo después de conocer su opinión sobre el dictador Obiang Nguema.  Arístegui declaró a la «Gaceta de Guinea», allá por diciembre de 2008, lo siguiente: «yo mismo he estado con todas las autoridades del Estado y con todos los partidos de la oposición que han hablado con toda claridad y han expresado su opinión, algunas muy criticas pero sí estamos convencidos que están operando cambios y estos cambios no van a detenerse».

Fíjese señor Arístegui si ha habido cambios en Guinea Ecuatorial que recientemente -21 del mes pasado- han sido fusilados cuatro opositores guineanos -tras ser secuestrados por la seguridad de Obiang en Nigeria-, sin ninguna garantía jurídica, y después de ser reiteradamente torturados, y usted no ha dicho «esta boca es mía».

Para usted, señor Arístegui, hay dictaduras y dictaduras. Ataca a las que hay que atacar, por conveniencia, sugerencias u órdenes.

Tampoco se prodiga mucho usted, en la defensa de los derechos fundamentales del pueblo saharaui. Pero claro, cómo lo va a hacer, si el rey Mohamed VI le condecoró con la distinción más alta de su reino, la medalla de la Orden  Wisam Alauí,  por los esfuerzos que usted hace de las «relaciones de amistad hispano marroquí que ha venido ejerciendo a la largo de su carrera política».

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