Guinea Ecuatorial
Abaha (21/1/2011)
Esta semana vislumbró un nuevo engendro. En este caso el engendro fue que el régimen de Obiang Nguema celebró el carnavalesco acto del Año Judicial. En ese evento, celebrado en la Sala de Conferencias del Palacio de Banapá, estuvieron presentes, además del sátrapa y golpista presidente, el primer ministro, Ignacio Milam Tang, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, José Oló Obono, el fiscal general del Estado, Carlos Mangué Eluku, y la totalidad de los miembros del gobierno de la dictadura.
El presidente de la Corte Suprema de Justicia, otrora fiscal general, otrora abogado en ejercicio, otrora preso político y otrora alto jerarca del CPDS, José Oló Obono, en su discurso mencionó «su satisfacción por el año judicial que termina y comentó que se iniciaba este nuevo ciclo con «optimismo y esperanza». Durante su intervención Oló Obono hizo un balance de la actividad de la justicia y recordó a los presentes que el camino de la justicia siempre debe establecerse bajo la plena dignidad que ha de constituir la moral de los administradores de la misma».
Sin empacho ni crecerle la nariz, Oló Obono manifestó que «Después del 3 de Agosto se elaboró en nuestra constitución un sistema democrático de ordenamiento jurídico que refleja la realidad de presentes y futuras generaciones, y de un modelo constitucional que consiste en la separación de los poderes»,
Con la intervención de Obiang Nguema finalizó el paripé de ese evento. A Obiang Nguema se le ocurrió -valga Dios la caradura- criticar «algunas acciones judiciales que habían permitido poner en libertad a algunos de los acusados en casos de corrupción». Pero no quedó ahí la cosa, Obiang afirmó que «… hemos constatado que algunas personas que han desviado exorbitantes cifras de dinero del Estado siguen en libertad. Como ocurrió en el último juicio de funcionarios que desviaron grandes cantidades de dinero y que ahora están todos en libertad».
Nosotros también hemos «constatado que algunas personas que han desviado exorbitantes cifras de dinero del Estado siguen en libertad», tanto es así que la justicia francesa les requiere por compras «exorbitantes» de inmuebles lujosísimos en Paris y otras zonas galas.
Sobre el señor Oló Obono trataremos en profundidad en breve. Haremos referencias a lagunas notas suyas -cuando todavía no era un jerarca del régimen- en las que vertía ciertos comentarios y actuaciones sobre su actual jefe. Asimismo, aportaremos documentos notariales y justificantes sobre el cobro a una empresa española de alguna cantidad nada despreciable para «pagar tasas judiciales» que fue a parar a «SU BOLSILLO».
P.D.
Hemos recibido algunos correos electrónicos, llamadas telefónicas y mensajes a través de segundos y terceros, en los que nos piden que no dejemos a nuestros lectores con la lengua fuera y la oreja en tensión. Se refieren a que no nos olvidemos tratar algunos de los asuntos que hemos avanzado en comparecencias nuestras. Así lo haremos.