robiezno-eran-otros-tiemposMi Columna
Eugenio Pordomingo (10/9/2011)
La romería política de Rodiezmo, la fiesta de los mineros de Asturias y León,  que se celebra desde hace más de 30 años, ha ido evolucionando, como todo, con el paso del tiempo. Las primeras romerías eran actos sociales de confraternización entre los mineros de Asturias y León.

Desconozco -y no me he preocupado en saberlo- si Rodríguez Zapatero iba a Rodiezmo antes de ser secretario general del PSOE. Puede que no, pues currar, lo que se dice currar, no parece que sea una de sus aficiones, a no ser que persiga algo. Lleva de diputado nacional, casi desde que nació, y jamás ha abierto la boca en el ágora de la ´Casa de los Leones´. Que yo sepa, tampoco se ha prodigado en preguntas, interpelaciones y demás actividades propias de sus Señorías.

Pero, mira por donde, desde que comenzó a anidar en su cerebelo que podía ser Presidente del Gobierno, allá que fue, a Rodiezmo. Desde que se estrenó como secretario general del PSOE, todos los años asiste como orador invitado. Todos los años, menos en 2010 y 2011.

La romería, fiesta de confraternización de Rodiezmo, la organiza el sindicato minero SOMA-UGT, y hasta que apareció ZP era un evento socialsindicalista; después adquirió la categoría de político.

Con la llegada de Zapatero a La Moncloa, la fiesta minera asturianoleonesa pasó de ser un acto sindical sectorial a convertirse en todo un símbolo político nacional. La presencia de Zapatero todos los años, nada más terminar el verano, con la tez morena y las arrugas-grietas algo restauradas por efecto del descanso,  era un acto mediático que bien aprovechado dio sus frutos. En eso los socialistas son muy hábiles, parece que son  herederos de Joseph Goebbels, aquel teutón jefe de propaganda de Adolfo Hitler.

Zapatero aprovechaba esa comparecencia anual, en camisa, sin corbata, como uno más  de los curtidos mineros allí congregados, para dar comienzo al ´curso político´, y de paso despellejar a sus oponentes políticos, además de prometer y  mentir. Lo uno y lo otro  entran en el sueldo.

Rodiezmo ha sido todo un símbolo del socialismo zapateríl, cuyo significado y significante le han dado mucho juego, mientras la fiesta era posible. Pero, las vacas flacas llegaron, y las gentes (socialistas o no; mineros o no), se empezaron a percatar que algo no iba bien; que las promesas no se cumplían; que las bonanzas prometidas no llegaban; que los brotes verdes no aparecían; y encima, sus pupilas -las de las gentes- retenían imágenes nada gratificantes de compañeros inmersos en la corrupción, pegados a los cargos como lapas, y…

Llegó 2010, y Zapatero y su cohorte no acudieron a Rodiezmo, temeroso de escuchar una bronca, como la de este año, a pesar de no estar in corpore:   ‘Nos ha defraudado y nos ha engañado’. Los gritos desgarradores de los frustrados mineros se escucharon en La Moncloa.

Que lejos queda aquella imagen de Zapatero rodeado de los suyos y suyas, entre las que destacaban Leyre Pajín y Bibiana Aido, las dos puño en alto.

Esos tiempos no volverán.

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