Mi Columna
Eugenio Pordomingo (6/6/2008)eugenio2
El cónclave empresarial catalán tuvo su mayor apogeo la semana pasada en Barcelona, con la presencia de los amos y señores del gas, electricidad, alimentación, banca, medios de comunicación  y otra serie de «sectores»  económicos que nos son necesarios para la supervivencia diaria.  El denominado «Círculo de Economía» celebró su 50 aniversario por todo lo alto -incluido ágape con exceso de colesterol y metílico- y con la presencia de personajes de «primera fila», como han titulado varios medios de comunicación. No podía faltar, como es habitual en estos saraos, el Rey Juan Carlos, como aval de la gestión de los congregados.

Sin que la bandera de España estuviera presente, ni hubiera carteles, ni indicadores escritos en la lengua de Miguel de Cervantes Saavedtra, o sea la española, allí se citaron el dinero, la política y el tráfico de  influencias, preferentemente catalanes.

La política y las finanzas (Poder duro y puro) se reunieron en Barcelona. Don Juan Carlos, tras recibir la Medalla de Honor del Círculo, leyó un texto institucional (todo en los Reyes es institucional), en el que aludió a la aportación de Cataluña a la construcción de «una España cada vez más moderna, próspera y dinámica»  en la que «los retos, dificultades y transformaciones» del entorno económico deben ser «prioritarios para asegurar e impulsar el crecimiento y el bienestar».

Ni una palabra sobre el Estatut o las trabas institucionales para poder expresarse en español o castellano. Ni una palabra sobre las «presiones» a inmigrantes si es que quieren facilidades para integrase en Cataluña.

En Barcelona estuvieron, entre los mil asistentes, el Presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, el ex primer ministro italiano, Romano Prodi, el líder de la oposición, Mariano Rajoy, el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, el presidente de la Generalitat, José Montilla, los ex Presidentes Jordi Pujol y Pasqual Maragall, y el presidente de CiU, Artur Mas, además de Narcís Serra, Josep Piqué, Rodrigo  de Rato y Figaredo, Felipe González, Javier Solana… La presencia de Carlos Slim (uno de los hombres más ricos del mundo), Antoni Brufau (REPSOL-YPF), Josep Oliu (Banco Sabadell), José Manuel Lara (Grupo Planeta), que algunos catalogan como representantes de la «sociedad civil catalana» dio «peso de oro» a tan magno evento.

En esta ocasión hubo, también, indiscreciones técnicas que nos permitieron conocer las verdaderas intenciones presidenciales. En un aparte, el editor  José Manuel Lara le dijo a Zapatero: «No te quemes con estos temas». La conseja fue recogida por los micrófonos abiertos, como sucedió con lo de la «tensión», de la que habló a Iñaki Gabilondo durante la campaña electoral.

En este nuevo fallo técnico, el presidente le aclaró a Lara por qué se resiste a hablar de crisis: «Si infundes mucho pesimismo, si no dices nada positivo, es peor», le contestó el presidente.

En el 50 aniversario del «Círculo de Economía» se dieron cita los que nos impiden llegar a fin de mes con cierta holganza; los que nos suben el precio de las hipotecas; los que recomiendan y ejecutan las políticas de «contención salarial»; los que nos suben los precios de la luz, el gas, la electricidad, el pan, la leche  y un largo etcétera.

En Barcelona se citaron  el dinero, la política y el tráfico de  influencias. En definitiva, el Poder. Lo dijo Tácito: «Para quienes ambicionan el poder, no existe una vía media entre la cumbre y el precipicio». Y así pasa la que pasa…

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