nostradamusOscar Riaño (7/7/2009)
Por tertulias, foros y círculos donde fluye habitualmente la información política también pasan, a veces, notas diversas de la crónica social, antaño denominada de sociedad.

Recientemente, alguien que suele aportar asuntos novedosos, traía a colación, a modo de adivinanza, un caso con raíces seculares, pero noticiable por desconocido para quienes no somos dados al esoterismo.

Se trata de la cuarteta LXXVIII, de la centuria IX, del célebre astrólogo y médico francés Michel de Nostradamus (siglo XVI) que pretendía anticipar futuribles con su estilo críptico: «La dama griega de encantadora belleza, Feliz dotada de virtudes innumerables, Trasladada fuera al reino Hispánico, Hecha prisionera morirá de muerte miserable».

Quienes reaccionamos con escepticismo ante supuestas profecías de ese corte, sólo vemos en tal lectura una anécdota; sin embargo, no han faltado inquietudes derivadas del espíritu crédulo ante materias de esa naturaleza. El tema preocupa sobre todo, claro está, por alusiones.

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