Energía asediada
Internacionañ
Andrés Soliz Rada (16/8/2015) De un tiempo a esta parte pareciera que el país (Bolivia) vive un proceso, interno y externo, de descalificación global del uso potencial de energías existentes en su territorio, salvo las alternativas, como la solar, la eólica y la geotérmica. La censura más directa ha recaído en la nuclear, sobre todo a partir de las tragedias de Chernóbyl y Fucushima, lo que habría clausurado cualquier debate posible. Sin abogar por su vigencia, cabe recordar que el 30 % de la energía que consume la Unión Europa tiene origen nuclear, lo que evita que se envíe a la atmósfera 700.000 toneladas anuales de dióxido de carbono, lo que implicaría mayor daño atmosférico. El 86 % de la energía que consume Francia es nuclear. Las tres centrales atómicas argentinas funcionan sin problemas desde hace cuatro décadas y al igual que las brasileñas contribuyen a avances en medicina y agricultura. La modernización de los métodos de alerta temprana ha influido para