Paisajes después de las europeas (I)
España/Europa
Antoni Doménech–G. Buster–Daniel Raventós (5/6/2014)
A juzgar por las portadas de los grandes periódicos del régimen en los días inmediatamente anteriores a las elecciones europeas del pasado 25 de mayo, la cosa se presentaba razonablemente tranquila. El gobierno del PP –del que directa o indirectamente dependen ahora financieramente todos esos medios—, bien que lentamente, estaba consiguiendo sacar al país de la maldita crisis: lo peor, gracias a Dios y a la Virgen del Rocío, ya habría pasado; “todo el mundo” podía empezar a ver las mejoras, y los grandes partidos “nacionales”, según distintas encuestas, contendrían su sangría electoral.
El PP sufriría el lógico desgaste de la “difícil” gestión económica, pero tampoco sería una catástrofe. Y la “responsable” oposición del PSOE de Rubalcaba quizá se vería incluso premiada recobrando cierto pulso. Faltaba sí, tal vez, un poco de “pedagogía”, ese palabro que tanto les gusta a los pilares políticos del sistema (véase PSOE; véase PP; véase CIU) y cuyo revelador significado etimológico es el de