E. G. (17/5/2007)
La «guerra de Irak» que tantos réditos ha dado al PSOE y a José Luís Rodríguez Zapatero, parece que se está acabando.  Aunque de forma velada,  ciertos sectores ideológicos (o de intereses) allegados al PSOE, no han tenido más remedio que criticar la tendencia armamentística de nuestro gobierno. Pero, por desgracia, esas voces han sido escasas.

Zapatero ha pasado de «retirar las tropas de Irak», a desplegar nuestros batallones por medio mundo: los Balcanes, Congo, El Líbano, Haití y Afganistán, son algunos de los países donde tropas españolas permanecen en lo que el Gobierno ha dado en llamar «misiones de paz».

Pero esa paz debe tener sus dificultades pues, lamentablemente, nuestros soldados (muchas veces extranjeros enrolados en las Fuerzas Armadas españolas) dejan su vida en enfrentamientos, atentados y accidentes, unos reales y otros sin explicación real.

Pero aparte de esta presencia militar, España se ha convertido con este Gobierno en el mayor vendedor de armas a los países subsaharianos y en uno de los primeros productores de las temibles «bombas de racimo». Además, de contribuir al rearme de Marruecos con una venta de 1.200 carros de combate y varios vehículos militares, por valor de más de 200 millones de euros. Pero hay más, ahora hemos, 24 misiles «Tomahawk», por valor de 72 millones de euros.

Que sepamos, España no tiene enemigos, al menos del calibre que nos obligue a un enfrentamiento bélico, como para comprar semejantes misiles, como los «Tomahawk», con un alcance mortífero de casi dos mil kilómetros de distancia. Sin embargo, armamos al único país que verdaderamente nos está creando problemas: Marruecos.

Pues bien, ante estas evidencias no hemos oído ni la más mínima crítica de esos sectores que tanto gritaban contra José María Aznar por su apoyo a la política de Bush respecto a Irak. ¿Acaso las armas de Zapatero están fabricadas a base de gominola y las de Aznar de TNT?

Sinceramente, creemos que este Gobierno es más belicista que el anterior,  el anterior y el anterior. Y a las pruebas me remito. ¿Alguien se imagina que hubiera pasado en nuestras calles y plazas si Aznar hubiese comprado misiles «Tomahawk»?

Seamos serios; nosotros, desde estas páginas, hemos criticado y seguimos haciéndolo, la invasión de Irak, sea quien sea el autor, los cómplices o colaboradores; y sea cual sea su ideología, si es que éstas siguen existiendo.

Menos mal, que en esta complacencia casi generalizada, Gaspar Llamazares ha tenido algo de sentido común.

El coordinador de IU ha criticado en el transcurso de un mitin en Murcia a Zapatero por echar mano de Irak cada dos por tres. Sus palabras fueron estas:  «no se puede vivir eternamente de las rentas de Irak», poniendo así de relieve la incongruencia, que a su juicio, supone «pedir el voto de los jóvenes presumiendo de haber retirado las tropas del país árabe, mientras se compran misiles de crucero Tomahawk a Estados Unidos».

En el mismo acto Llamazares emplazó a Zapatero a retirar las tropas españolas de Afganistán y a poner en marcha medidas sociales y de izquierdas: «Cambiemos los misiles por hospitales y los carros de combate por carros de la compra».