espacioseuropeos.com (23/2/2008)
Kim Howells, ministro de Estado británico de Asuntos Exteriores y de la Commonwealth, no cree posible la publicación por Naciones Unidas del informe elaborado en 2006 por el Alto Comisariado para los Derechos Humanos (actualmente Consejo de los Derechos Humanos), sobre la situación de los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental.

Howells respondía así a una pregunta del diputado Jeremy Corbyn (Laborista) durante la sesión semanal de debate en la Cámara de los Comunes, acerca de las probabilidades de que el Consejo de los Derechos Humanos de la ONU publique el informe realizado por el Alto Comisariado de dicha organización en septiembre de 2006 y que hasta el momento, no ha sido hecho público.

Recordando que «una delegación del Alto Comisariado para los Derechos Humanos se dirigió a Marruecos, al Sáhara Occidental y a Argelia (a los campamentos de refugiados), entre mayo y junio de 2006, con el fin de informarse sobre la situación de los Derechos Humanos», el ministro británico de Exteriores precisó que «el Alto Comisariado elaboró su informe en septiembre de 2006 (…), sin embargo, la ONU mantiene su decisión de no publicar ese informe, que por otra parte nosotros esperamos hasta que lo haga», añadió.

Howells no precisó las razones por las que Naciones Unidas sigue guardando el informe como confidencial, a pesar de los incesantes llamamientos de las organizaciones de los Derechos Humanos para que lo publique, y de las actuaciones que el Reino Unido pudiera emprender en ese sentido.

No es ningún secreto que es Francia, que apoya a Marruecos en su conflicto con el Frente Polisario, la nación que se encuentra detrás de la decisión de no publicar el documento, que por otra parte pondría en evidencia a Marruecos.

La pregunta al ministro británico hecha por el diputado de la Cámara de los Comunes se produce como consecuencia de une amplia campaña de solidaridad en el seno de la cámara baja del Parlamento británico, a favor de la justa causa del pueblo saharaui, que lucha por su derecho a la autodeterminación, de acuerdo con las decisiones de la legalidad internacional.

Recordemos, que en noviembre pasado, varias decenas de diputados firmaron una moción sobre la situación de los Derechos Humanos en los territorios ocupados del Sáhara Occidental. En esa ocasión, los diputados británicos exhortaron a su Gobierno «a que continúe trabajando para garantizar la liberación de todos los presos de opinión saharauis y que se permita el acceso de observadores internacionales y de los medios de comunicación a los territorios ocupados por Marruecos».

La moción reclama al Gobierno británico que continúe «apoyando los esfuerzos de la ONU con el fin de alcanzar un arreglo justo del conflicto del Sáhara Occidental (…) garantizando el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación».

La intransigencia de Marruecos al querer imponer su «plan de autonomía» como base de las negociaciones «es contraria al principio de la autodeterminación» y al derecho internacional, señala la moción. Mientras continúa la campaña de recogida de firmas para esta moción, suscitando un debate en el seno del Parlamento británico, Kim Howells ha tomado la palabra en dos ocasiones ante los diputados para explicar la postura de Gran Bretaña en lo que se refiere a las actuaciones emprendidas y previstas por el Gobierno británico para tratar de conseguir que Marruecos respete los Derechos Humanos en las regiones ocupadas y libere a los presos de opinión.

Howells recordó que el Reino Unido expresó su posición respecto a los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental en el informe anual sobre la situación de los Derechos Humanos en el mundo, publicado en la página web del ministerio británico. El informe, según informa la Agencia de Noticias SPS, considera el respeto de los Derechos Humanos en el Sáhara occidental y la autodeterminación del pueblo saharaui como derechos intrínsecos.

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