espacioseuropeos.com (19/2/2088)
Kosovo declaró el lunes pasado, de forma unilateral, su independencia de Serbia. La iniciativa albanokosovar ha sido bien recibida por Estados Unidos y Turquía; en la Unión Europea, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido acudieron con presteza al llamamiento de su aliado estadounidense.

Sin embargo, Serbia, Rusia, China y España, entre otros, han condenado esa decisión unilateral. Para los partidarios de la independencia kosovar, la medida es un acto de liberación: mientras que para la mayoría de los países que se oponen, la “independencia” significa la creación de un frente encaminado a favorecer los intereses expansionistas de EE. UU. y de la OTAN.

A estas alturas, es lamentable que la Unión Europea sea incapaz de tener una política exterior unida.

Ayer, miles de albaneses se manifestaron en Kosovo, apoyados por cientos de miles de sus hermanos, procedentes de Albania y Macedonia, portando banderas albanesas y estadounidenses. Voces críticas serbias, como la web “Tierra y Pueblo”, consideran que “con el silencio cómplice de la Unión Europea y de las Naciones Unidas, y ante la indiferencia de los medios de comunicación y organismos internacionales, a excepción de la Rusia de Putin, el Parlamento de Kosovo, controlado por las mafias albano-kosovares ha declarado su independencia de forma unilateral, violando así la resolución 1244 adoptada en 1999 tras la guerra y que reconoce a Kosovo una «autonomía sustancial» reafirmando, sin embargo, la soberanía de Belgrado sobre la patria histórica y espiritual de los serbios”.

Por su parte el presidente serbio, Boris Tadic, hizo hincapié en que Serbia “hará todo lo que esté en su mano para anular la arbitraria e ilegalmente proclamada independencia de Kosovo, acto contrario a los principios elementales del Derecho Internacional“.

La misma web manifiesta su contrariedad por esta medida: “Con este acto del gobierno terrorista de Hashim Taci, apoyado por la ONU y los Estados Unidos, se completa el proceso de invasión de Kosovo y de desmembramiento de Serbia, iniciado hace más de treinta años. Fueron años de agresiones contra la población, la soberanía y el patrimonio cultural serbio, un proceso que llevó al control en manos de los albaneses islámicos e invasores, de las estructuras políticas de Kosovo, poder facilitado gracias a los bombardeos terroristas y al terror de las limpiezas étnicas y asesinatos llevados a cabo por los terroristas de la UCK, subvencionados por el narcotráfico y por las ayudas norteamericanas, y que propiciaron la huída de miles de civiles serbios, convertidos en minoría en su propio territorio”.

No hay duda que Estados Unidos, además de instalarse militarmente en la zona, potencia de forma artificial una base islamista en pleno corazón de Europa, a través de Kosovo, Albania y Turquía.

El conflicto está servido de la mano de los Estados Unidos y con la complacencia de Francia, Reino Unido y Alemania.

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