espacioseuropeos.com (23/5/2008)
Ayer jueves, en un almuerzo organizado por el Foro de la Nueva Economía, el Vicepresidente y ministro de Economía, Pedro Solbes, reconoció el electoralismo de la medida que Zapatero se sacó de la chistera en plena campaña electoral. Solbes afirmó literalmente que las «medidas discrecionales como los 400 euros estuvieron vinculadas a procesos electorales».
Esa inyección de unos seis mil millones de euros, que manifestó se iba a producir en el mes de junio -no en plazos como estaba previsto- tendrá un «impacto expansivo».
Asimismo, el Vicepresidente económico se mostró confiado en que la caída del PIB se va a poder amortiguar y que «el bache sea menos duradero e intenso». A pesar de sus augurios, ha querido recordar al resto de los ministros que el superávit hay que manejarlo con muchísimo cuidado, pues en «un entorno de debilitamiento notable, el paso al déficit es demasiado fácil».
El tono moderado de Solbes y el «optimismo» de Zapatero no ocultan la realidad económica en la que estamos sumergidos. Los tipos de interés a los que se prestan dinero los bancos de la zona euro, que sirve como referencia para la revisión de las hipotecas, es alto y de momento no va a bajar, lo que está poniendo al Euribor por las nubes.
El precio medio al que se prestaban dinero ayer los bancos europeos era del 5 por ciento, el nivel más alto desde el mes de diciembre del año 2000.
Un dato que evidencia la crisis económica, es que para una hipoteca de un piso de unos 300.000 euros, la subida mensual es ya de 60. Por otro lado, la subida imparable de los precios de los alimentos y del petróleo está provocando una recesión económica cuyos efectos son imprevisibles.
Para tratar de paliar esos efectos, como siempre, Gobierno, patronales y sindicatos, van a iniciar de nuevo una sutil campaña de «moderación salarial». Esto no es Francia, donde todavía quedan ciertos vestigios sociales de compromiso. Al tiempo…