espacioseuropeos.com (6/7/2008)
La «dimisión» del diputado Eduardo Zaplana, como Portavoz del Partido Popular en el Congreso de los Diputados, tuvo en su momento muchas interpretaciones, Unos, afirmaban estar convencidos que presentó su dimisión debido a la escasa atención que le prestaba Mariano Rajoy. Otros, los más, creían que si el Partido Popular no ganaba las elecciones, Zaplana se tendría que ir a su casa. Bueno, más bien a la empresa privada.
Con esta última interpretación coincide Alfredo Grimaldos, autor del libro «Zaplana, el brazo incorrupto del PP», editado por Akal, que no hace mucho afirmó en Valencia, en la presentación de este libro, que «si el PP pierde las elecciones, a Zaplana no le queda otra que abandonar la política».
Aunque el autor del libro, no le pronosticaba a Zaplana un «futuro espectacular», lo cierto es que ha sido contratado por Telefónica de España, como delegado para Europa. De esta forma, la multinacional que dirige César Alierta, le corresponde al favor que, el entonces ministro de Trabajo, Zaplana, hizo a la compañía, autorizando en el año 2003 un expediente laboral que redujo un tercio su plantilla.
La búsqueda del poder y el enriquecimiento personal han sido, según Grimaldos, «las dos constantes de la carrera de Eduardo Zaplana. Su participación en las escandalosas cintas del caso Naseiro no impidió que llegara a la alcaldía de Benidorm, con el imprescindible voto de una concejala tránsfuga y, posteriormente, a la presidencia de la Generalitat valenciana y al Gobierno de Aznar«.