espacioseuropeos.com (8/9/2008)
El último Consejo de Ministros ha concedido la nacionalidad española por «carta de naturaleza» a Mamadou Samb, jugador de baloncesto, de origen senegalés, que en la actualidad presta servicio (muy bien remunerado, por cierto) en la sección de baloncesto del F. C. Barcelona.
Los argumentos que adornan esta nota del Consejo de Ministros son estos: «Mamadou Samb es un joven deportista con un buen nivel para la alta competición, según ha informado el Consejo Superior de Deportes. Asimismo, la Federación Española de Baloncesto considera factible su incorporación a la selección española».
Ya sabemos que la nacionalidad española por «carta de naturaleza» se otorga discrecionalmente por Real Decreto, «cuando en el interesado concurran circunstancias excepcionales»·. Las «circunstancias excepcionales» de Mamadou Samb ya sabemos cuales son: que el chico juega bien al baloncesto; que interesa mucho que se quede en el F. C. Barcelona y que vaya a la selección española. Otra cosa es su acendrado espíritu español, su conocimiento de nuestra historia y costumbres, su desmedida pasión por la tortilla española, las castañuelas, los toros y sus antecedentes familiares fuertemente arraigados en la Península Ibérica…
Sin embargo, el Ministerio de Justicia niega la nacionalidad española a saharauis y guineanos, a pesar de que antes, tanto el Sáhara Occidental como Guinea Ecuatorial, fueron provincias españolas. ¡Ya sabéis, saharauis y guineanos, si queréis obtener la nacionalidad española hay que aprender a jugar al baloncesto, al fútbol o al ping pong!