espacioseuropeos.com (28/6/2010)
No ha sido por amor a la «roja» ni por su amor a España, ni por su conocimiento de nuestra historia o lengua, sino por ser dos valores deportivos, por lo que el pasado Consejo de Ministros ha tenido a bien conceder la ciudadanía española por «carta de naturaleza«, a la jugadora de baloncesto, Sancho Tracy Constance, Lyttle, hasta ahora de nacionalidad de San Vicente e Islas Granadinas (Kingstown), y al jugador de waterpolo, y al jugador de waterpolo, Balazs Marton Sziranyi, de Hungría.
Las especiales circunstancias que concurren en la baloncestista Lyttle es «poseer excelentes cualidades físicas y técnicas para destacar en el baloncesto, lo que puede contribuir a elevar el potencial del equipo nacional en proyectos futuros, como su selección para participar en el próximo Campeonato del Mundo».
Las circunstancias especiales del húngaro Marton Sziranyi son, más o menos, las mismas; en este caso «ocupa la posición específica de boya en el juego y es considerado actualmente como uno de los mejores jugadores del mundo en dicha posición», y sobre todo porque su «participación en la selección nacional es importante para conseguir un equipo con garantía de éxito en los próximos Juegos Olímpicos de Londres 2012».
¿Queda claro…?