Lehbib Breica (23/10/2008)
Cinco antiguos embajadores americanos que han servido en Marruecos Thomas A. Nassif, Michael Ussery, Frederick Vreeland, Marc Ginsberg y Margaret Tutwiler escribieron un artículo que publicó la página Web «Middle East Times» el pasado 6 de Octubre, alabando el «compromiso» de Marruecos que dicen no es «fruto de la casualidad» y que consiste en la disposición de ese país a otorgar al Sahara Occidental «una amplia autonomía» bajo su soberanía «conforme a las normas internacionales en materia de autodeterminación» para resolver el conflicto en ese territorio. Es una «concesión» que Marruecos hace con respecto a la «posición establecida de muchos años» de querer integrar el Sahara Occidental añaden los diplomáticos.El artículo ha sido recogido fielmente el mismo día por la Agencia Oficial de Noticias marroquí, MAP, propiedad del Estado.
En ese articulo titulado «Un cambio sísmico en la política de Estados Unidos con respecto a África del Norte», la Administración Norteamericana es 1alabada también por lo que los ex diplomáticos creen entender un «reciente cambio significativo» de postura basado en que un «compromiso en forma de autonomía baja soberanía de Maruecos, es la única solución realista y viable» para el Sahara Occidental. «Un cambio» dicen que «Argelia debe ser fuertemente incitada a apoyar para el bien de los intereses mutuos con EE. UU. en la región debiendo ese país dar la oportunidad a los refugiados a volver a sus familias y poner fin al aislamiento de los campos de refugiados».
Los antiguos embajadores americanos señalan que la cuestión del Sahara «se encuentra en situación de impasse desde hace más de 30 años y que a pesar del alto el fuego establecido en 1991» y «de cuatro rondas de negociaciones entre las partes, las Naciones Unidas han registrado poco progreso en resolver la disputa o en aliviar la situación de miles de refugiados en los campos controlados por el POLISARIO cuyas vidas cuelgan en la balanza.
Los ex diplomáticas sugieren que la nueva «apertura» de Marruecos debe «permitir al Consejo de Seguridad patrocinar negociaciones destinadas a solucionar el conflicto y poner fin a la crisis humana que afecta a decenas de miles de personas en los campos de Tinduf, al suroeste de Argelia».
«Poner término al conflicto del Sahara» dicen los antiguos embajadores «tiene sentido para las partes ellas-mismas, para los refugiados y para los intereses nacionales de Estados Unidos». Su resolución permitirá «allanar el camino ante una cooperación económica más importante entre los cinco países del Maghreb. Cooperación harto esperada».
Expresaron votos para que el próximo nombramiento del antiguo embajador norteamericano, de gran experiencia diplomática, Christopher Ross como enviado del Secretario General para el Sahara Occidental «permita proseguir el impulso del proceso de negociaciones actual a fin de poner término a tres décadas de conflicto entre Marruecos y el POLISARIO».
Para los ex diplomáticos americanos, la cuestión del Sahara es un conflicto que ha «contribuido en gran medida a la inestabilidad económica y política en el Norte de África» y que lo emprende el Frente POLISARIO; «un movimiento rebelde apoyado por Argelia» que disputa a «Marruecos su histórica soberanía» sobre un territorio en África del Norte que los antiguos embajadores dicen tiene la «superficie del desierto del Estado Americano de Colorado y (que algunas veces se denomina Sahara Occidental)».
Al tiempo que expreso los mismos votos para el Señor Christopher quisiera pedir a los antiguos embajadores americanos, que dicho sea de paso son diplomáticos con mucha experiencia, me permitan estar en desacuerdo con ellos sobre algunas aserciones que considero erróneas.
«Rebelde» es una palabra que define «a la persona que se alza en oposición o resistencia armada contra un gobierno establecido». Nuestro mundo conoció a muchas antiguos «rebeldes» que se han convertido en respetados jefes de Estado, pero el Frente POLISARIO no es «un movimiento rebelde». Las Naciones Unidas lo reconocen como «representante del Pueblo Saharaui» y a éste «la legitimidad de la lucha para gozar del inalienable derecho a la autodeterminación». No es ningún deshonor para Argelia «apoyar’ a una causa justa como no los es para los EEUU cuando lo hacen hacia las causas justas. Muchos americanos perdieron la vida combatiendo con los europeos contra la Alemania Nazi y el General Francés la Fayette goza de mucha estima entre los americanos no solo por apoyar su independencia sino por participar personalmente con ellos en el combate.
El Sahara Occidental llamado por ese nombre o por otro, nunca formó parte de Marruecos. El Tribunal Internacional de Justicia de la Haya desestimó en el dictamen jurídico emitido el 16 de Octubre de 1975 cualquier lazo de «soberanía territorial entre Marruecos y el Sahara Occidental» antes de la colonización española del Territorio. La Asamblea General de Naciones Unidas señaló claramente en la resolución 34/37/ a Marruecos como ocupante ilegal del Sahara Occidental y le pidió «poner término a su ocupación militar». Por consiguiente el Frente POLISARIO es un movimiento genuino de liberación que combate una fuerza extranjera que ocupa su país. Por otra parte, ese «territorio de la superficie de Colorado» está reconocido por más de 80 países y es miembro y fundador de la Organización continental Unión Africana, cuenta con 13 embajadas en el mundo, está acreditado ante muchos Estados, además de poseer 18 oficinas políticas en diferentes países.
Las Naciones Unidas han considerado siempre la cuestión del Sahara Occidental como «una cuestión de descolonización inconclusa que debe ser resuelta sobre la base del ejercicio por el pueblo saharaui de su derecho inalienable a la autodeterminación y la independencia». Hasta que esto no se produzca el conflicto permanecerá irresuelto. Si el referéndum para el pueblo del Sahara Occidental hubiese tenido lugar en 1975 nadie estaría hablando hoy de él como tal. Desafortunadamente Marruecos invadió el territorio ese año creando la situación que vivimos y que estoy de acuerdo con los embajadores es de «crisis humana para cientos de miles de refugiados» y de «gran inestabilidad económica y política en el Norte de África».
Los antiguos embajadores dicen que el «compromiso» de Marruecos es conforme a las normas internacionales en materia de autodeterminación». Conviene recordar que después de 16 años de guerra entre el POLISARIO y Marruecos, las Naciones Unidas elaboraron un plan de arreglo en 1991 que era «un compromiso» aceptado por las dos partes del conflicto y aprobado por el Consejo de Seguridad. Ese plan se conformaba estrictamente «a las normas internacionales en materia de autodeterminación» bien enraizadas en el derecho internacional. El plan permitiría a los saharauis escoger entre la independencia o la integración en Marruecos. Rabat temiendo que el resultado no fuera a su favor rechazó en 2000 «seguir adelante con su aplicación». Informe del Secretario General de las UN («S/2002/178).
Otro compromiso «plan de autodeterminación para el pueblo del Sahara Occidental» que se conforma «a las normas internacionales en materia de autodeterminación» y que incluso permitía a los colonos marroquíes que viven en el Sahara votar en el referéndum, fue elaborado en 2003 por el antiguo Secretario de Estado norteamericano James Baker en su capacidad de enviado personal del Secretario General de las Unidas para el Sahara Occidental. Ese plan fue aprobado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Si bien el referendo ofrecía dos opciones, integración o independencia, el Señor Baker añadió una tercera -autogobierno en el marco de la soberanía marroquí- Marruecos rechazó dicho plan objetando que contenía la opción de la independencia.
Todo sugiere que estamos yendo de compromiso en compromiso, Marruecos experimentándolos, hasta que aparezca uno que más convenga a sus designios.
Los antiguos embajadores parecen poner mucho énfasis en lo que creen un «cambio» de postura de EE.UU., supuestamente con respecto a otra posición anterior, encaminada la nueva a apoyar el «compromiso» presentado por Marruecos. La solución del conflicto del Sahara Occidental no reside en que EE. UU. o Argelia cambien sus posturas, sino más bien en que Marruecos se conforme a la legalidad internacional y acepte un referéndum justo y libre en el Sahara Occidental.
Rabat que ha estado «integrando» el Sahara Occidental desde hace 30 años aceptó en 1991 «transigir» en esa posición aceptando la independencia del Territorio como una de las opciones para resolver el conflicto, ahora da un paso atrás y acepta solamente una forma de «autonomía» bajo «su soberanía» que ningún país le reconoce sobre el Sahara.
Si ahora piensa que su «compromiso» es «conforme a las normas internacionales en materia de autodeterminación», también lo cree el Frente POLISARIO con respecto a la propuesta que ha presentado a las Naciones Unidas y de la que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas tomó nota. Sería razonable que las dos propuestas, a la que se añadiría la opción de integración en Marruecos fueran sometidas al pueblo del Sahara Occidental para elegir una de ellas en un referéndum.
Marruecos debería ser «incitado» a aceptar esta formula en la próxima ronda de negociaciones, si lo hace, nos encaminaríamos con toda seguridad hacia la solución del conflicto y se «allanaría el camino para una cooperación económica más importante» entre los cinco o seis países del Maghreb, «Cooperación harto esperada», los refugiados tendrán «la oportunidad de volver a sus familias», sus vidas «ya no colgaran en la balanza», puesto que resolviendo el conflicto «tiene sentido para las partes ellas-mismas, para los refugiados y para los intereses nacionales de Estados Unidos».
N. de la R.
Lehbib Breica es Embajador del Sahara Occidental ante la Unión Africana. Este artículo se publica gracias a la gentileza del autor y de «Middle East Times».