espacioseuropeos.com (24/11/2008)
La Policía Nacional detuvo ayer en Madrid y Toledo, a 16 personas de nacionalidad nigeriana, integrados en una organización presuntamente delictiva que se dedicaba al tráfico de seres humanos, falsificación de documentos, extorsión y secuestro de nigeriano.

Para amenazar a sus víctimas, además de agresiones físicas empleaban los ritos del vudú. La policía les imputa, asimismo, delitos de tráfico de drogas y estafa, que se pueden extender a varios países europeos.

Las investigaciones policiales se iniciaron en el mes de julio de este año, a consecuencia de la denuncia de un ciudadano nigeriano.

Tras los interrogatorios, la policía tuvo conocimiento que esta banda estaba en posesión de algunos locales en las ciudades de Madrid, Camarma de Esteruelas, Getafe y Yuncler (Toledo), donde se encontraron pasaportes y tarjetas de residencia falsificados, así como justificantes bancarios de los ingresos bancarios realizados, fruto de sus extorsiones. Los agentes también encontraron hachís y rituales de vudú, con los que amedrentaban a sus víctimas.

La policía sólo ha hecho público la nacionalidad, iniciales de sus nombres y apellidos y la edad de estos presuntos delincuentes, algo que no acabamos de entender cuando ya es habitual que los medios de comunicación den todo tipo de detalles, sin excluir su fisonomía.

¿Cómo es posible que personajes de este calibre, con casi una veintena de delitos conocidos, anden libres por nuestras ciudades? Ahora, en el caso que sean condenados, pasarán un tiempo en prisión, tras el cual obtendrán la residencia española, ya que su permanencia en un centro penitenciario se computa como tiempo de estancia en nuestro país. Y así, tras otro espacio de tiempo, obtener, si así lo desean, la nacionalidad española.

¿No sería mejor que cumplieran  prisión en Nigeria, en su país, entre los suyos?