baha (14/11/2008)
Con estupor, aunque ya deberíamos estar acostumbrado, leemos en la página oficial del régimen-sistema de Guinea Ecuatorial, lo siguiente: «EL TERCER VICEPRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO CONCEDE AUDIENCIA AL EBAJADOR DE ESPAÑA EN GUINEA ECUATORIAL». El titular de la noticia es literal.

 La breve nota referida a esa «deferencia» del Gobierno de Guinea Ecuatorial es esta: «El Tercer Viceprimer Ministro del Gobierno, Encargado de la Política Interior y Democracia, Demetrio Elo Ndong Nsefumu, ha concedido audiencia este jueves al Embajador del Reino de España en la República de Guinea Ecuatorial, Javier Sangro Delinier. Encuentro en el que han abordado diferentes temas de cooperación entre los dos países, la reunión en la que participará España en Washington la próxima semana, para el estudio de los problemas de la reforma del sistema financiero internacional, entre otros».

O sea, que un «pichichi» tiene que conceder «audiencia» a todo un embajador de España. ¡Vamos, hombre!, si esa nota se hubiera referido al embajador francés o estadounidense, seguro que hubiera tenido una respuesta inmediata. Aunque, si lo pensamos bien, en ese caso, al encargado de la «Política y la Democracía» de la ex colonia no se le hubiera ocurrido algo así.

Lo que más nos ha llamado la atención de la nota es que el encargado de la democracia y el embajador español, han tratado de la reunión de mañana en Washington. Lo curioso es que -parece desprenderse de la nota- que el tal Demetrio Elo Ndong Nsefumu y el embajador han tratado en profundidad de la misma. No nos extraña que, incluso, el Gobierno de Guinea Ecuatorial haya contribuido a asesorar en estos asuntos al de España, tal como han hecho el ex ministro socialista Jesús Caldera, desde su fundación, y José Blanco, secretario general del PSOE.

¡Cuantos más papeles, mejor!