eugenio1Mi Columna
Eugenio Pordomingo (3/2/2009)
España continúa a la cabeza de Europa en generar desempleados.  España ha vuelto a registrar una subida histórica en el número de parados. Hoy hemos sabido por el Gobierno que cada día 6.300 personas se han ido a engrosar las listas del INEM en el mes de enero.

En el mes pasado, la máquina de fabricar desempleados ha lanzado a 198.838 personas en manos de la desesperación. En la actualidad, el número oficial de parados es de 3.327.000 personas. Y eso con las rebajas en los parámetros estadísticos, pues la realidad es más trágica.  Además, casi 900.000 hogares, tienen a todos sus miembros desempleados.

Un panorama desolador. Desde enero del año pasado a enero de 2009, el paro se ha incrementado en más de un millón de personas, afectando a todos los sectores de la economía, aunque el de servicios es el que se ha llevado la peor parte.

En una nota de prensa, el Gobierno achaca este incremento del paro -no a Bush, como hizo antes-, a la falta de liquidez, a la crisis financiera mundial y a la caída en el consumo. Pero, es incapaz de controlar sus propios gastos en ágapes, remodelación de despachos, compra mobiliario suntuoso y adquisición de lujosos coches «extranjeros» y un largo etcétera, en el que no excluyo las «embajadas» de Cataluña. País vasco y Galicia en muchos países extranjeros en los que ya existe delegación diplomática española. 

Hay un sector -menos mal-, quizás el único, que no se ha visto afectado por la crisis financiera. Y es el de la «clase política» y los sindicaros. ¿Conoce alguien algún ayuntamiento en el que el alcalde y los concejales se hayan rebajado el sueldo? ¿Conoce alguien un solo sindicato en el que se renuncie a tener «liberados sindicales»?

No hay que dudar que nuestro Gobierno trata de buzo1scar soluciones. Y para eso está, entre otros, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, que ya ha metido la patita con eso de recomendar que consumamos y compremos productos españoles y que nos dejemos de lo extranjero -¡pérfida Albión!-, aparte de prometernos una bombilla de «bajo consumo» a cada español. Por cierto, la que me corresponde todavía no la he recibido.

Ahora el ministro Sebastián se despacha con amenazas a la banca. Mire, señor Sebastián, con la banca no valen amenazas. Debe recordar usted lo que le dijo un día -creo que fue Francisco Pizarro– a un espadachín oponente, cuando los dos se entretenían en lances de la época: «cuando la saques -se refería a la espada- que sea para utilizarla».

«Al Gobierno se le está acabando la paciencia con los bancos. Por tanto, los bancos tienen toda la vigilancia del Gobierno. Y vamos a vigilar que estas líneas que hemos puesto a disposición de las PYMES se cumplen (sic). Y vamos a vigilar que esta promesa que hemos hecho de que los parados puedan reducir sus cuotas hipotecarias se cumplen. Si no se cumplen el Gobierno actuará en consecuencia», dixit Sebastián.; dixit Zapatero