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Internacional/España
José Manuel González Torga (25/3/2009)
Un viaje a Buenos Aires vale para atar cabos, con datos de allá y de acá, antes aislados por la distancia y el tiempo. Las muchas fuentes consultadas permiten, desde luego, recopilar detalles y afinar matices.

La  firma Guereño era conocida, hace años, por cualquier argentino. Ahora, algunos de sus productos más selectos son objetos de coleccionismo; es el caso de la pastilla de jabón de tocador «pequeño Guereño».

Ese apellido figuraba, de manera más o menos destacada, en la carrera artística de Eva Duarte Evita– antes, claro está, de llegar a la Casa Rosada, del brazo de Perón.

Detrás de la marca, sin cuyo concurso, probablemente, el destino de Evita no hubiera sido el mismo, había un español, Juan Guereño,  el artífice de aquella potente maquinaria  industrial y comercial. Su particular discreción  velaba el protagonismo personal. En cuanto al origen geográfico de su nacencia, la utilización del gentilicio gallego, aplicado allá, extensivamente, para abarcar a cualquier español, escondía la realidad concreta de  que había visto la luz en la Montaña de Riaño (provincia de León).

En esta comarca llegó a ser reconocido como empresario de éxito aunque se ha ignorado su influencia indirecta sobre el mayor liderazgo político de una mujer en la Argentina.

En los difíciles comienzos de una jovencísima Eva Duarte, llegada a la capital  porteña para triunfar  como actriz, encuentra oportunidades en la Radio y pasa por algo tan clásico como la intervención en muestras del género denominado por los estadounidenses soap-opera, o sea la radio-novela. El término desenfadado que, literalmente, respondería a la significación de «ópera del jabón», venía impuesto por el habitual patrocinio publicitario por parte de firmas fabricantes de jabones y otros productos de belleza.

El destino unía, pues, a la intérprete radiofónica en ciernes con la empresa jabonera.

«Soy agradecida»
En un reportaje de la revista Antena, Eva Duarte reconocía con rotundidad: «Soy agradecida; quiero decirles que los recuerdo siempre (…a los lectores…) y que, en lo referente a mi labor radioteatral, estoy encantada de actuar para una firma como Jabón Radical, que haceeva-duarte-de-peron ocho años, en Radio Prieto, me dio una de las primeras oportunidades de mi vida, cuando nadie creía en mi y era poco menos que una desconocida». Más claro que el agua.

Pues «Radical» era una de las marcas populares de la factoría Guereño. El patrón de ésta, por si fuera poco, hizo las presentaciones entre su colega en la industria jabonera, Llauró, y la artista radiofónica, que obtuvo de ese modo otra cobertura publicitaria para melodramas protagonizados por ella a través de las ondas. Sin embargo,  durante años, los contratos de Evita con Guereño fueron en exclusiva.

Por entonces Buenos Aires contaba con nueve emisoras de Radio. Eva Duarte pasa, al menos,  por cuatro de ellas: Radio Prieto, Radio Argentina, LR1 Radio El Mundo y LR3 Radio Belgrano. Al cambiar de micrófonos se llevaba sus patrocinios publicitarios.

El contacto con Juan Guereño  había  surgido por medio del hermano de ella, Juan (Juancito) Duarte, quien trabajó como viajante de comercio, vendiendo los productos fabricados por el industrial leonés. Posteriormente, Juancito sería secretario particular de Perón, en la Presidencia de la República Argentina.

La empresa Guereño y Cia., tuvo como gerente y responsable directo de la publicidad a Raimundo López, pariente del patriarca.

Heroínas de la Historia
Aparte de otros seriales, Eva Duarte protagonizó el ciclo titulado Heroínas de la Historia. Tuvo la oportunidad de poner  voz a personajes bien definidos: Lady Hamilton; las emperatrices de Francia, Josefina y Eugenia de Montijo; la emperatriz de México, Carlota; la zarina rusa, Catalina la Grande; figuras del espectáculo como Sarah Bernardt e Isadora Duncan; y otras mujeres célebres. Sin duda le valió para superar su dicción, inicialmente defectuosa, y adquirir  un dominio del medio que luego trasladaría al campo político.

Uno de sus guionistas en la serie de mujeres históricas fue el periodista Francisco Muñoz Azpiri, que sería nombrado, en 1944, director de la Sección de Propaganda de la Subsecretaría de Informaciones de la Presidencia de la Nación. Escribiría, además, discursos de la ya para entonces Eva Perón, dirigidos a los descamisados.

Pastor de Crémenes (León)
Esbozada ya la faceta con repercusión más mediática del leonés Juan Guereño  en la Argentina, habría que decir algo de su trayectoria particular.

Hijo de guipuzcoano, barrenista, que se estableció en Crémenes (León) como trabajador de las obras de la carretera, Juan Guereño Rodríguez nació en el mismo Crémenes, en 1888, y quedó huérfano de padre con solo ocho años.

El escritor leonés José González mete al personaje en su obra Peñas adentro, escrita después de 1949, en que se inaugura la nueva iglesia del pueblo, fruto de la iniciajuan-guerenotiva impulsada por el hombre de letras y canónigo y financiada por la filantropía del indiano.

José González describe al pequeño Juan en breves trazos: «A principios de este siglo andaba por los montes de este pueblo un rapaz espabilado guardando ovejas, de vecero, por las casas, pues su madre, viuda  y pobre, harto tenía que hacer  con labrar unas tierrucas, y regar unos prados, de ladera, para sostener un hogar necesitado».

Con catorce años el inquieto chaval se va a Madrid, y en la capital de España prueba suerte, sucesivamente, como verdulero y panadero. No logra sus aspiraciones, y en 1907, viaja a Buenos Aires, donde, trabajando duro, va abriéndose camino en la industria jabonera.

Juan se casó, en primeras nupcias, con Agustina y tuvieron varios hijos. Viudo, y ya mayor, contrajo un segundo matrimonio en la Montaña leonesa de Riaño, comarca a la cual volvía para pasar temporadas cuando el éxito económico y la disponibilidad de tiempo se lo permitieron.

Más de mil empleados
Falleció en 1961. Para entonces, Establecimientos Fabriles Guereño S.A. empleaba a 1.064 personas en diferentes localizaciones de la Argentina. Vendía, mensualmente, más de cuatro mil toneladas de jabón y procesaba dos mil cuatrocientas toneladas de sebo.

Las fábricas de Guereño terminarían pasando a la multinacional anglo-holandesa Unilever.

No quedaba explicada,  por otro lado, la evolución de las relaciones de Juan Guereño con Evita y el régimen de Pevita-peronerón, respecto al que se mostraba distante el leonés en sus últimos años. Sobre el asunto he tenido que consultar con un par de los que un profesor universitario de Buenos Aires, el Dr. Alberto Buela, denomina peronólogos (expertos conocedores de Perón y su mundo). Sin aportar razones seguras, uno de ellos, Alfredo Mason achaca el alejamiento «al antiperonismo, que levantó una ola de calumnias sobre Evita« o a algo que «pudo ser parte de la leyenda negra, después de 1955».

Lo que resulta indudable, aún cuando no haya llegado a la opinión pública española, es que Juan Guereño había lanzado al estrellato a Evita, la figura femenina más admirada y más denostada de la historia de la nación argentina.

Esto hay que reconocérselo a quien vio la luz en España, al pié de los Picos de Europa y tiene su panteón en Flores, uno de los cementerios, aparte  de los más conocidos,  como Recoleta y Chacarita, del Gran Buenos Aires. En su pueblo natal de Crémenes, a Guereño  se le recuerda por la iglesia; pero la publicidad del jabón le hace un hueco en las hemerotecas. Y, por supuesto, en la biografía de Eva Perón; y hasta en los libros de historia.

N. de la R.
Este  reportaje se publica gracias a la gentileza de su autor, colaborador de espacioseuropeos.com, José Manuel González Torga, y el «Diario de  LeóN».