espacioseuropeos.com (29/4/2009)
Del 21 al 28 de abril, la OIT ha llevado a cabo diversos actos conmemorativos del 90 aniversario de la organización. Actos que, de hecho, preparan el camino para su ya cercano e histórico centenario, que basará en los avances hacia la erradicación del trabajo infantil, empleo juvenil, igualdad salarial y no discriminación, trabajadores mayores, inmigrantes, seguridad y salud ocupacional, mujer y trabajo decente y maternidad, paternidad y trabajo. Todos convergen en la idea común de diálogo social y trabajo decente para una globalización equitativa.
También figuran debates locales con representantes de trabajadores empleadores y gobiernos, ratificación de normas internacionales del trabajo, lanzamiento de Programas Nacionales de Trabajo Decente, talleres de trabajo en busca de soluciones a la crisis financiera y de empleo, y la concesión de premios gubernamentales sobre trabajo decente.
Plan Mundial para el Empleo
Se publica un libro que resume la historia y actividades de la organización, «La OIT y la lucha por la Justicia Social: 1919-2009», y Juan Somavia, Director General hace una propuesta de especial relieve a la Conferencia Internacional del Trabajo, que se celebrará en junio: aprobar un Plan Mundial para el Empleo que fomentará la recuperación económica y la construcción de un modelo de globalización más equitativo.
En la celebración de este aniversario la Organización Internacional del Trabajo presta atención especial a España, que, desde hace quince años, participa en programas de cooperación técnica y de desarrollo como donante importante, especialmente con el acuerdo para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC), que tiene presencia fundamental en países de América Latina y fue ampliado para llevar la cooperación a otras naciones.
En un mensaje emitido con motivo del 90 aniversario su Director General, el chileno Juan Somavia, ha descrito la situación actual como la más grave después de la Gran depresión de 1929 y en un momento de profundos trastornos económico-sociales producidos «en un contexto de aumento del desempleo y el subempleo, de cierre de empresas, de deterioro de las condiciones de trabajo y de debilitamiento del respeto de los derechos en el trabajo, así como de creciente desigualdad, pobreza e inseguridad».
Escaso estímulo a la economía real
La crisis económica y financiera, sus consecuencias para empresas y trabajadores y el hecho de que la solución tiende a aplicar pocas medidas para estimular a la economía real y muchas a la banca y el rescate financiero, estarán presentes en la actividad de la OIT y en sus conmemoraciones. La OIT calcula en 20 millones los trabajadores que habrán perdido su trabajo a finales del 2009, de seguir las cosas como están, con lo que, por vez primera en la historia, el mundo alcanzaría la franja de los 200 millones de desempleados. Una cifra que podría incrementarse en cuarenta o cincuenta millones si no se restaura el crédito a trabajadores y empresarios y no se inicia la reactivación de la economía, antes de esa fecha.
¿Modelo de gobierno mundial?
Concebida como un modelo de gobierno mundial tripartito y dialogante entre representantes de los trabajadores, de los empresarios y de los gobiernos, la Organización Internacional del Trabajo nació en Ginebra, el 11 de abril de 1919, al tiempo que la Sociedad de Naciones y como su primera y más antigua organización. Su creación se produce al amparo de los tratados de paz de París y Versalles, con la intención de afrontar juntos la lucha contra la pobreza y otros retos de un mundo laboral convulsionado por los desastres de la primera Guerra Mundial.
Coincidente con una industrialización, que, tras la Gran Guerra, cambió radicalmente los modos de producción, la primera Constitución de la Organización Internacional del Trabajo se basó en el principio de que «la paz permanente sólo puede alcanzarse si se basa en la justicia social», la lucha contra el desempleo y la defensa de los derechos laborales.