espacioseuropeos.com (18/5/2009)
Mientras los «piratas» somalíes capturados por España eran conducidos a Kenia para ser juzgados (algo insólito tras las trifulcas ridículas entre jueces de la Audiencia Nacional, Fiscalía y los ministerios de Exteriores y Defensa), la ciudad de Mogadiscio caía en poder de los islamistas del grupo Al-Shabaab.
El buque de guerra español «Marqués de la Ensenada» atracó en Mombasa (Kenia), donde depositó a los catorce «piratas» detenidos hace más de dos semanas en aguas somalíes -o sea, de los «piratas»- cuando, supuestamente, intentaban asaltar un barco panameño. Esta decisión fue tomada por el ministerio de Defensa, basándose en un acuerdo, que al parecer existe entre Kenia y la Unión Europea, para que sean juzgados en el país africano. En el enfrentamiento entre la Audiencia Nacional (Fernando Andreu), Exteriores (Miguel Ángel Moratinos) y Defensa (Carme Chacón), prevalecieron las tesis militares.
Un país asolado por la pobreza, la corrupción y la falta de autoridad, dejan sus aguas territoriales en manos de otros países, que además de impedirles pescar en su propia jurisdicción, les obligan para subsistir a cometer actos ilegales, como es la captura de barcos para exigir un rescate. Esta situación ha conducido a que grupos opositores al gobierno de Sheikh Sharif Ahmed controlen una buena parte del país.
Así, militantes islamistas del movimiento Al-Shabaab tomaron a finales de la semana pasada, la ciudad de Jowhar tras fuertes enfrentamientos. Esta ciudad, se encuentra a unos setenta kilómetros al norte de Mogadiscio. Asimismo, en la ciudad de Wabho se vienen produciendo combates desde hace varios días.
Otro foco de violencia que Occidente, en lugar de tratar de aplacar, da la impresión que lo aviva con su irresponsable actuación.