España
espacioseuropeos.com (9/7/2010)
Cuando el diablo no sabe qué hacer se dedica a matar moscas con el rabo. Y así, a rabazo limpio, este Gobierno de España, no sabe otra cosa más que crear observatorios, foros, asociaciones, fundaciones. Subvención para acá y para allá. Pero, por supuesto, siempre a los amiguetes, al círculo.
De esta guisa, el pasado Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto cuyo objeto es la «creación, composición y régimen de funcionamiento del Observatorio del Empleo Público».
Según el gobierno es una herramienta de la Planificación Estratégica de Recursos Humanos, que «recogerá, analizará y difundirá información sobre la situación actual del empleo en las Administraciones Públicas, y diseñará modelos prospectivos que sitúen al empleo público en condiciones de encarar adecuadamente las necesidades futuras».
Este órgano u observatorio tendrá como función principal la de realizar diagnósticos «en materia de recursos humanos o el seguimiento de la calidad de los servicios y del empleo público». Se encargará, asimismo, «e analizar y formular propuestas y recomendaciones sobre el empleo público del conjunto de las Administraciones Públicas y será un foro de intercambio y de comunicación de información al respecto entre las mismas», de acuerdo con la referencia ministerial.
El Observatorio estará adscrito al Ministerio de la Presidencia, a través de la Secretaría de Estado para la Función Pública, según la misma fuente, donde habrá representantes de la Administración central, autonómica y local. No podían faltar los sindicatos, a los que se les reserva una serie de puestos observacionales.
En la referencia del Consejo de Ministros no se dice nada acerca de la dotación de este Observatorio, o sea los miles o millones de euros que nos va a costar. Con gran cinismo, el gobierno dice que la creación de este Observatorio ojeador «ha sido una demanda en los últimos años, que fue recogida en el Acuerdo Gobierno-Sindicatos para la Función Pública en el marco del diálogo social 2010-2012, de 25 de septiembre de 2009».
Así, con comportamientos de este tipo, no nos extraña que estemos a punto de que el FMI nos suministre oxígeno en forma de euros.