España
Manuel Funes Robert (13/12/2010)militarizacion-de-los-aeropuertos
A lo largo del año que termina  España, su existencia y permanencia como parte del orden político universal ha vivido dos momentos de origen muy distinto pero llenos de alcance positivo.

Fue el primero el Campeonato Mundial de Futbol, tras el cual toda España demostró a las claras su creencia en la unidad nacional. Millones de banderas como nunca se habían visto completaban el brillante espectáculo de una dimensión y fondo que jamás habrían conseguido todos los políticos juntos.

El segundo evento ha sido la huelga salvaje de los controladores que ha completado en su desarrollo el cuadro político existente para proteger esa unidad nacional. Los huelguistas con la mera enunciación de un artículo de la Constitución han acudido a sus puestos teniendo cada uno a su espalda a un soldado que ya podría recordarnos la famosa frase de Calvo Sotelo «las FF AA son la columna vertebral de la patria». Los independentistas deben reflexionar e intuir que les espera la misma reacción de la España constitucional.

El fundamento legal que el franquismo puso como cobertura de su rebelión era que la ley constitutiva del ejército imponía al mismo «la obligación de defender la patria contra sus enemigos externos e internos». Eran los tiempos en los que los partidos comunistas eran agencias de la Rusia de Stalin, el de los procesos contra sus compañeros en los que éstos, por ganarse el perdón de Stalin pedían que se les aplicase por lo menos una de las muchas penas de muerte que se merecían. Para colmo el PCE había pasado de dos diputados  a 20 en las elecciones del 36. El resto ya es cosa sabida.

Entre los datos que internet conserva de mi vida pública figura mi intervención legal en la defensa del general Milans del Bosch en el proceso del 23-F. Pues bien, la Constitución de 1978, donde la Republica ponía la obligación de defender, ha puesto la de garantizar, lo cual aumenta el carácter de última instancia  que se da a las FF. AA. Es el famoso artículo 8, que obliga a éstas a garantizar la soberanía, independencia e integridad territorial. De esto se infiere que cualquier manifiesto independentista puede ser con la Constitución en la mano abortado por las FF. AA. de tierra mar y aire.

En el momento actual y vista la eficacia de la militarización de los controladores cabe decir que gracias a la Constitución tenemos garantizada la existencia y unidad de España incluso sin acción directa del poder civil porque al ser garantes se les ha otorgado cierto poder de interpretación e iniciativa. Esta tesis obra de mi mano fue leída por el teniente general Fernando de Santiago y se convirtió en atenuante muy cualificada, lo que llevó al tribunal a imponer las penas mínimas que luego el Supremo las convirtió en máximas.

Tenemos pues un doble motivo de satisfacción y gracias a la transición, de armas legales que España nunca tuvo.