Guinea Ecuatorial
Daniel M. Oyono (11/1/2011)
Los guineanos queremos cambio, un nuevo amanecer político, económico y social más justo, con la participación de todos. Queremos la unidad nacional dentro de la solidaridad, la concordia, la libertad, la igualdad, la tolerancia y la pluralidad política.
Mientras que estos nobles sentimientos ganan terreno en otras partes del mundo, y la mayoría de los gobiernos que usurparon el poder de forma ilegítima, estableciendo regímenes dictatoriales crueles contra a sus poblaciones, están realizando grandes esfuerzos por el respeto de los derechos humanos y la transición hacia la democracia, el dictador de Guinea Ecuatorial, sigue anclado en el odio, la intolerancia y la destrucción.
En los últimos meses del año 2010, Obiang Nguema recorrió miles de kilómetros, que le han llevado de peregrino malvado a Camerún, Gabón, Nigeria, Congo-Brazzaville y República Centroafricana. El periplo oficial estaba centrado en un perverso mensaje criminal, impropio de un Jefe de Estado que se precie.
Muy preocupado por la formación de la coalición Ciudadanos por Guinea Ecuatorial, propuso a sus interlocutores -a cambio de muchos millones de euros, que llevaba consigo en maletas-, vigilar, detener y enviar a Malabo a los tres líderes de la coalición, si alguno de ellos pisaba su país.
El Presidente Paul Biya de Camerún rechazó con rotundidad las propuestas del dictador de Guinea Ecuatorial, alegando que aparte de ser contrarias a los derechos humanos fundamentales de los ciudadanos guineanos, eran prácticas contrarias a los principios que constituyen el Estado camerunés.
Sin embargo, los Jefes de Estado de Congo Brazzaville y la República Centroafricana, los generales Denis Sassou-Nguesso y Francois Bozizé, consumados golpistas como el propio Teodoro Obiang Nguema, aceptaron la transacción sin hacerse rogar. Conviene recordar que Obiang Nguema participó en el golpe de Estado y la guerra civil que llevó a cabo el congolés contra el Presidente constitucional legítimo, Pascal Lissouba, con 10 millones de francos franceses. Responsable, también, del asesinato a sangre fría del Presidente Marien N´Gouabi ocurrido en medio de una comida familiar, cuando se encontraba sentado a la mesa junto a su esposa, en su casa, en el palacete d´Etat Mayor en Brazzaville, siendo ministro de Seguridad Interior.
El dictador guineano participó activamente en el golpe de Estado y la consiguiente guerra civil que llevó al poder al centroafricano contra el Presidente constitucional con una financiación de 4.000 millones de francos CFA.
El presidente gabonés, Alí Bongo Onimba, mantuvo una cierta ambigüedad, sin rechazar ni aceptar la propuesta del dictador de Guinea Ecuatorial.
El nigeriano, Goodluck Jonathan, condicionó su posible aceptación de la propuesta a la excarcelación y entrega inmediata a su país, de todos los nigerianos condenados en el juicio sumarísimo sobre el asalto al Palacio 3 de Agosto y el asalto a los bancos que tuvieron lugar en Guinea Ecuatorial. El dictador aceptó inmediatamente, sobre todo, cuando el presidente nigeriano le advirtió, además, que por exigencia de su pueblo, su gobierno estaba dispuesto a recuperar a todos sus conciudadanos encarcelados en la prisión de Black Beach, empleando cualquier medio, contando o no con el régimen de Guinea Ecuatorial. Esa misma noche, Teodoro Obiang Nguema envío a Nigeria, en su propio avión oficial, a todos los presos de ese país, doblegándose ante la seria amenaza nigeriana. La historia se repite como ya ocurrió con el desmantelamiento de la presencia sudafricana en Malabo, cuyo ultimátum de evacuación dieron en su día los generales nigerianos.
Esta es la forma diabólica en la que el dictador Teodoro Obiang Nguema responde al llamamiento al diálogo de la Coalición para negociar las bases que permitan una transición política pacífica a la democracia en nuestro país y que le posibiliten un abandono del poder sin traumas. Es ofrecimiento lo hizo yo en mi comparecencia en la rueda de prensa de presentación de la coalición.
Otra respuesta de Obiang fue el envío a Madrid de uno de los más crueles asesinos de su familia, su hijo, el coronel Víctor Hugo Nguema Obiang, para seguir y marcar a Ciudadanos por Guinea Ecuatorial, después de fugarse de Camerún, donde se encontraba detenido por idénticas razones, gracias a la complicidad del Comisario de Policía Nkom Toungona que había logrado sobornar, hecho que originó su cese fulminante por el delegado general de la Seguridad Nacional camerunesa, Martin Mbarga Nguele.
Todas estas acciones del dictador confirman una vez más su decisión de mantenerse en el poder cueste lo que cueste, después de convencerse, al parecer, de la inestabilidad de su hijo mayor, Teodoro Nguema Obiang (Teodorin), otro coronel de los muchos que hay en su familia, a pesar de que ninguno de ellos haya frecuentado regularmente una academia militar. En su última aparición pública, Teodorin tuvo que estar sujetado permanentemente por su madre Constancia Nsue y dos ayudantes, para que pudiera mantenerse en pie.
Nosotros luchamos por el cambio, por una alternancia por la vía política y vamos a seguir en ésta batalla hasta que nuestro país, Guinea Ecuatorial sea liberado de la dictadura, la corrupción endémica, el oscurantismo, la injusticia, las desigualdades sociales, el nepotismo, el odio y el sectarismo tribal, y también de los fusilamientos. Todas estas prácticas constituyen el eje central de la política de Teodoro Obiang Nguema y de su partido político, el PDGE.
Seguimos invitando a España, a los Estados Unidos de América, a la Unión Europea y al Secretario General de las Naciones Unidas para que se ocupen inmediatamente del caso de Guinea Ecuatorial, antes de que se produzca una explosión social de consecuencias imprevisibles.