Cataluña (España)
A. D. (19/1/2011)
Barcelona y Gerona son el objetivo del PRUNE (Partido Renacimiento y Unión de España), de «inspiración islámica», de cara a las próximas elecciones autonómicas y municipales en España. El presidente y portavoz de esta formación política islámica es Mostafa Bakkach, se muestra partidario de concurrir a las elecciones de mayo, aunque la decisión la tomarán los delegados del PRUNE que en unos días se van a reunir en Barcelona.
No descartan presentar candidaturas en Granada, Málaga, Ceuta, Cádiz, Toledo, Murcia, y en algunas localidades del País Vasco y Asturias, donde hay una colonia magrebí importante.
Pero, el verdadero objetivo de los «prunistas» son las elecciones generales de 2012 y las municipales de 2015, ya que para entonces contarán con más de un millón de musulmanes -la mayoría marroquíes- nacionalizados españoles. La mayoría de ellos llegaron a España durante la etapa de Aznar como presidente.
Esta formación política se creo en el año 2009 en Granada, se presenta -según las declaraciones de su presidente a MD- para lograr la «regeneración moral y ética de la sociedad española». Aunque Bakkach manifiesta que no son un partido musulmán y que no tienen vinculaciones con ningún país extranjero ni a ningún movimiento religioso, lo cierto es que despiertan serias dudas al respecto.
Pero, no sólo los musulmanes aspiran a ocupar posiciones políticas en las instituciones españolas. Los rumanos, por otro lado, ya han creado un partido político, el PIRUM (Partido Ibérico de los Rumanos), que ya está procediendo a elaborar sus listas de cara a la convocatoria electoral de mayo. Es de esperar que ecuatorianos y otras nacionalidades hagan otro tanto.
A este paso, no sería extraño, que en los consistorios que surjan en mayo, se dediquen partidas importantes de dinero a «traductores». Menos mal que ya tenemos experiencia en nuestro Senado, donde cada pleno nos va a costar 12.000 euros para que los senadores catalanes, vascos, gallegos y castellanos puedan dialogar entre ellos sin problemas.
¡País de memos…!