mariano-rajoyEspaña
espacioseuropeos.com (18/1/2011)
El presidente del PP, Mariano Rajoy, se ha mostrado de acuerdo con el funcionamiento del actual sistema autonómico español. Según el líder del Partido Popular, el Estado autonómico es «muy útil» para España. Sin embargo, Rajoy culpa a Zapatero del actual estado de las autonomías en lo que se refiere a su endeudamiento: «Si las comunidades están en endeudadas es por culpa del Gobierno que les ha dejado y si pueden tener más déficit público también», afirmó.

Estas declaraciones las ha hecho Rajoy hoy martes poco antes de participar en la reunión con el Grupo Popular en el Senado.

Al ser preguntado sobre la postura del gobierno, Rajoy acusó a Zapatero de haber «liquidado la herencia del PP», de no haberlo hecho el problema» no existiría. Razonamiento que avala su apuesta al actual Estado de las autonomías.

En consecuencia, Rajoy propone tres puntos a modificar, aunque insiste en que está de acuerdo con el actual sistema autonómico, porque ha sido «muy útil para los españoles». Una de estas propuestas es una Ley de estabilidad presupuestaria que fije unos techos de gasto y endeudamiento: «Hemos gastado por encima de nuestras posibilidades», aunque se le olvido decir que también es así en las autonomías en las que el PP gobierna. La otra medida es una normativa que compartan todas las Comunidades Autónomas, lo que equivale a unidad de mercado. Y, por último, el líder popular propuso «la igualdad de todos los españoles», independiente de su lugar de nacimiento. Como punto final, propuso no ceder más competencias a las comunidades autónomas.

Sin embargo, no se mojó en lo que se refiere a la duplicidad de algunas instituciones que se dan en el Estado central, en el autonómico y, a veces, en el municipal. Es el caso, por ejemplo, de la figura del Defensor del Pueblo, que existe uno en cada autonomía, además del nacional. Tampoco comentó nada Rajoy acerca de las televisiones autonómicas y municipales, que son un auténtico derroche, al que se suma  muchas otras funciones.

La clase política no quiere modificar el Estado de las autonomías, entre otras cosas, porque es una fuente de colocación, de trabajo bien remunerado; en definitiva, de poder.