Carlos Ruiz Miguel (11/4/2011)
No parece que se hiciera de buen grado el «anuncio» de Mohamed VI de «reformar» el sistema que le permite disfrutar de todo el poder. Y no lo parece porque el Mazen hizo, y hace, todo lo posible para impedir la movilización popular por la democracia. Y precisamente por eso, es previsible que el destino final de este «anuncio» sea el mismo que han tenido todos los demás «anuncios» que ha hecho a lo largo de su reinado. De momento, hay dos poderosos indicios de que el «anuncio» es pólvora mojada.
I. EL ÉXITO DE LA MOVILIZACIÓN POPULAR MARROQUÍ POR LA DEMOCRACIA
A pesar de los esfuerzos que hizo el régimen para impedirlo, la movilización popular el «20 de febrero» fue un rotundo éxito.
Dado que el Mazen fracasó en su intento de abortar las manifestaciones, una vez constatado el éxito de las mismas la táctica ha sido represión y engaño.
Represión que los medios españoles apenas han publicado con pequeñas y contadas excepciones:
Prisión para 19 prodemócratas marroquíes (La Razón 31-III-2011)
Penas de cárcel para ocho manifestantes del 20 de febrero (ABC, 24-III-2011)
La policía marroquí reprime nuevamente por la fuerza una manifestación de profesores en Rabat (Cadena SER, 27-III-2011)
– Engaño con el intento de impedir que el movimiento se consolide
Y para ello la maniobra principal fue el discurso de Mohamed VI del 9 de marzo anunciando «reformas».
Tras el citado discurso el majzen empezó a pagar (o a cobrar) a los agentes del lobby pro-marroquí por el mundo entero para que empezaran a hacer declaraciones sobre lo maravilloso que era el anuncio. Estas declaraciones eran oportunamente reproducidas por el brazo informativo del servicio secreto marroquí, la MAP. Con ello se trataba, no con mucho éxito, gracias a Dios, engañar a la opinión pública marroquí.
II. PRIMER INDICIO: FASSI-FIHRI DICE QUE EL REY SEGUIRÁ NOMBRANDO LOS MINISTROS DE «SOBERANÍA»
Uno de los elementos de los elementos que prometió Mohamed VI a sus súbditos fue:
– consagrar el nombramiento del primer ministro presentado por el partido político que ha obtenido los mejores resultados en las elecciones a la Cámara de diputados, y sobre la base de los votos conseguidos;
– reforzar la posición del primer ministro en tanto que presidente de un poder ejecutivo efectivo, que asume totalmente la responsabilidad del gobierno y de la administración pública, amén de dirigir y aplicar el programa gubernamental;
Pero había que darse cuenta de que el cambio no significaba lo que algunos querían leer.
Por un lado, poco importa que se nombre al primer ministro ganador de las elecciones… si las elecciones siguen estando trucadas por el majzen. Con lo cual, basta con que gane el partido que quiera el rey para que el elegido por el rey sea «el que ha obtenido los mejores resultados»
Por otro lado, el «reforzar la posición del primer ministro en tanto que presidente de un poder ejecutivo efectivo, que asume totalmente la responsabilidad del gobierno y de la administración pública» podía parecer que iba a significar lo que dice la frase.
Nada más lejos de la realidad, como ya está insinuando Taieb Fassi-Fihri, persona de confianza de Mohamed VI:
Algunos miembros del Gobierno, como el jefe de la diplomacia marroquí, Taieb Fassi Fihri, han precisado a posteriori que al menos dos carteras, la de Asuntos Exteriores y la de Defensa, dependerán del soberano, y no del primer ministro
Esto significa, pura y sencillamente, que el rey seguirá gobernando. Y que los puestos que expresamente se reserva Mohamed VI para que trabajen a sus órdenes, y no a las del primer ministro, seguirán siendo los más importantes.
Extraña forma de democratizar el sistema.
III. SEGUNDO INDICIO: JALID NASIRI DICE QUE EL PRIMER MINISTRO SEGUIRÁ DEPENDIENDO DEL REY
El segundo indicio nos lo ofrece el ministro portavoz del gobierno marroquí, Jalid Nasiri (Khaled Naciri, en la transcripción francófona).
En un programa del programa árabe de la BBC, hace varios días, en el que se discutía sobre la situación política en Marruecos, el ministro marroquí intervino, por vía telefónica, en el debate. Y en su intervención dejó caer un punto importante, muy importante.
Dijo Nasiri que el primer ministro sería responsable ante el rey y (añadió luego con mucho énfasis) ante el Parlamento.
En Derecho Constitucional ese sistema se llama de «doble confianza». En síntesis, significa que el primer ministro, para estar en el cargo, debe contar con una doble confianza: por un lado, la del jefe del Estado; y, por otro lado, la del Parlamento.
Pero la cuestión es: ¿qué jefe del Estado?
En el siglo XIX, en Europa este sistema se desarrolló en las monarquías que decidieron compartir el poder con los parlamentos. El primer ministro, debía así contar no sólo con la confianza del rey (como antes), sino con la confianza del Parlamento también.
Pero cuando quedó claro que el origen del poder está en el pueblo se consideró inaceptable el sistema de «doble confianza». Ninguna, repito, ninguna Constitución europea democrática acepta que en una monarquía parlamentaria exista este sistema de doble confianza. Basta para ello que veamos lo que ocurre en España, en Bélgica, en Holanda, en Noruega, en Suecia, en Dinamarca o en el Reino Unido. Lo mismo ocurre en otras monarquías democráticas fuera de Europa: como Canadá o Australia.
Donde sí se acepta el sistema de doble confianza es en el país protector de Marruecos: Francia. Pero hay ahí una diferencia importante. En Francia el jefe del Estado es elegido directamente por los ciudadanos.
IV. MALOS PRONÓSTICOS
El «anuncio» de las «reformas» se hizo de mala gana y para intentar poner fin a la mayor movilización popular que ha habido en Marruecos en los últimos años.
Todo parece indicar que el majzén está intentando ganar tiempo para presentar algo parecido al «parto de los montes».
Convendría a los marroquíes conocer esta fábula del gran escritor español Félix María Samaniego para saber lo que les espera con el último anuncio del majzen:
Con varios ademanes horrorosos
Los montes de parir dieron señales;
Consintieron los hombres temerosos
Ver nacer los abortos más fatales.
Después que con bramidos espantosos
Infundieron pavor a los mortales,
Estos montes, que al mundo estremecieron.
Un ratoncillo fue lo que parieron.
N. de la R.
Este artículo con la autorización de su autor, Carlos Ruiz Miguel, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Santiago de Compostela, que también pueden ver en Desdeelatlantico.