Estados Unidos
espacioseuropeos.com (31/8/2011)no-a-los-transgenicos
WikiLeaks ha publicado recientemente cables diplomáticos en los que se demuestra que  Estados Unidos  «forzó a gobiernos extranjeros a comprar cultivos genéticamente modificados y a promover los intereses de gigantes de la agroindustria como DuPont y Monsanto», según publicaron  ayer varios medios de comunicación estadounidenses, entre ellos la cadena Democracy Now.

WikiLeaks desvela a través de decenas de cables diplomáticos como Estados Unidos forzó a países de África, Asia y América del Sur para que empleasen los llamados  «programas de alcance biotecnológico», consistentes en «establecer puntos de anclaje para la industria de agricultura biotecnológica occidental», de acuerdo con la misma fuente.

Sin embargo, fue en Europa donde Estados Unidos se esforzó en introducir esos ´sistemas´ de cultivo debido a que en el viejo continente existe un fuerte movimiento contra los alimentos genéticamente modificados.

WikiLeaks publica un cable en el que se da cuenta de una reunión, que tuvo lugar en el año 2007 en la sede diplomática de Estados Unidos en París, en la que participaron diplomáticos de este país y representantes de las empresas Monsanto, DuPont y Dow-Agrosciences. De acuerdo con esas revelaciones, los portavoces de esas empresas muestran su preocupación por los movimientos de campesinos franceses que en «ese momento destruían plantaciones de cultivos genéticamente modificados«.

Por otro lado, los cables diplomáticos desvelados por WikiLeaks confirman los informes acerca de «que el gobierno de Estados Unidos, así como fundaciones filantrópicas y compañías de agronegocios establecieron grupos de fachada en países como Túnez, Mozambique y Sudáfrica para promover la agricultura biotecnológica».

No hay duda que el hambre es un negocio, sobre todo si, como es previsible, la población mundial se va a duplicar en pocos años. La producción de alimentos modificados genéticamente está aumentando a la vez que se producen, por ejemplo, frutas sin semillas, l que obliga a agricultores y campesinos a tener que comprarlas a las grandes multinacionales, entre las que destaca Monsanto.

En España, la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino de España, Rosa Aguilar, se estrenó en el uso de su cargo contribuyendo a la extinción del atún rojo, una especie que naturalistas y ecologistas luchan por evitar su desaparición. Con el voto de España, nuestro país se opuso a la reducción de capturas de capturas de atún rojo. Poco después, vino el apoyo al cultivo de los transgénicos.