España
Diego Camacho (28/11/2013)
La manera que tiene Rajoy de gobernar me deja atónito y cuando constato que a las personas de mi entorno, de amplio espectro ideológico, opinan lo mismo mi asombro se torna pesadilla. En solo dos años el Presidente ha logrado deslegitimarse en el ejercicio del Poder por su: inacción, incompetencia y ceguera política. Como ciudadano no puedo admitir que mienta en la sede de la soberanía nacional. Hay un juez que sostiene lo que Rajoy negó en el hemiciclo, en base a las numerosas pruebas y testimonios que posee sobre la financiación ilegal del PP.

Mariano Rajoy y el Rey Juan Carlos I
Mariano Rajoy y el Rey Juan Carlos I

Con respecto a Cataluña su no acción ha sido continuista y acobardada. Ha seguido el camino iniciado por ZP dando alas al sofisma que los nacionalistas han utilizado como idea-fuerza para abrir una vía secesionista. El sofisma consiste en defender que cualquier región puede retirarse de la nación, de un modo compatible con la Constitución y por lo tanto de forma legal y pacífica, sin el consentimiento del pueblo español. El corolario del sofisma radica en defender la supremacía jurídica de la Comunidad Autónoma, cuando lo cierto es que los poderes que tienen estos territorios no son ni más ni menos que los que les reconoce la propia Constitución.

La relación entre el poder nacional y el autonómico no puede ser otra que la que existe entre lo general y lo local. El Presidente, al permitir que las sentencias del TS no sean aplicadas y al mirar hacia otro lado cuando se vulneran los derechos fundamentales en Cataluña, mientras protege a la familia Pujol de responder ante los tribunales del dinero afanado, está con su actitud fortaleciendo el sofisma y el corolario de los nacionalistas y dando buena prueba de su cobardía política, a pesar de sus promesas electorales.

Desde otro ángulo, Rajoy es un hombre de consensos si se trata de vulnerar los principios constitucionales aunque en su campaña electoral defendiera lo contrario. Por eso no ha tardado nada en sellar un pacto con Rubalcaba para la renovación del CGPJ y asegurarse ambos el blindaje judicial cuando sus corrupciones respectivas, GURTEL y ERE, lleguen procesalmente a instancias superiores. De paso, además podrán de consuno echar una mano a los sindicalistas amantes del langostino y a la Infanta todavía no imputada. Todos felices y a disfrutar del dinero robado a los españoles. Es desvergüenza palmaria que estos nuevos miembros del CGPJ hayan aceptado el nombramiento, su respeto por los ciudadanos y el amor a su patria no son, desde luego, virtudes cívicas que se les pueda atribuir.

La ceguera del gobierno ha quedado reflejada en su sorpresa por la euforia de los asesinos de ETA ante las excarcelaciones masivas. Los esfuerzos del PP en atribuir las excarcelaciones a los tribunales y lavarse las manos, no son de recibo. Por un lado ha habido sentencias del TEDH que el gobierno ha soslayado, causas de Castillo Algar y Perote, y por otro la sentencia sobre Inés del Río no era aplicable a otros casos. Cuando contra toda lógica has estado tratando de convencer a la opinión pública que ETA había sido derrotada, es francamente difícil de explicar por qué tiran cohetes y además siguen armados.

 N. de la R.
El autor es Coronel del Ejército y Licenciado en ciencias Políticas y Sociología.