Iglesia de Ragusa, Sicilia, Italia.

Europa
Espacios Europeos (21/3/2017)
En el programa Hoy por Hoy, de la Cadena SER, que dirige la periodista Pepa Bueno, se emite a diario La mirada de Soledad Gallegó-Díaz, breve texto leído, que nos hemos permitido recoger el correspondiente al día de hoy, titulado El abuso de Ragusa.

El abuso de Ragusa
Unas cinco mil mujeres rumanas trabajan en la provincia de Ragusa, en Sicilia, en tareas agrícolas sin disponer de contratos de trabajo y, lo que es peor, sometidas a toda clase de abusos sexuales. Por supuesto, la denuncia no ha salido de las autoridades sicilianas, ni tan siquiera de las de Rumania, sino de la investigación de unos periodistas británicos, del diario The Observer, que quedaron abrumados por el volumen del abuso.

Su reportaje cuenta con minucioso detalle la casi esclavitud a la que los empleadores italianos someten a estas trabajadoras, escondidas entre los invernaderos de plástico en donde se produce buena parte de las verduras que se comen en la Europa comunitaria. El maltrato a que se somete a esas mujeres es un verdadero escándalo. Según los periodistas, al menos la mitad de ellas se ve obligada a mantener relaciones sexuales con sus empleadores y con quienes ellos les ordenan. Las autoridades italianas reconocen que el nivel de abuso es intolerable, pero lo cierto es que hasta ahora no han hecho nada efectivo para ponerle fin.

Lo primero explican los periodistas es acabar con el brutal aislamiento en que viven. El campo y las faenas agrícolas han sido siempre escenario de atropellos de todo tipo, no solo en Italia, sino en todo el sur de Europa, pero lo que está ocurriendo hoy día en Sicilia, afirman, supera todo lo descrito. Finalmente, las autoridades rumanas parecen haber reaccionado y han exigido una investigación conjunta y el gobierno italiano ha aceptado. Sera la primera vez que se organiza una comisión bilateral de este tipo, pero nadie es muy optimista.

La gran pregunta es ¿dónde están los poderosos sindicatos agrícolas italianos?

Y nosotros, con permiso de su autora, la periodista Soledad Gallego-Díaz, nos preguntamos ¿dónde están los periodistas, policías, ciudadanos, la Iglesia, fiscales y jueces italianos?