Europa/Sáhara Occidental
Diego Camacho (15/1/2018)
El abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), Melchior Watheleet, Ha dictaminado el 10 de enero que el acuerdo pesquero entre la UE y Marruecos no es válido por aplicarse al Sáhara Occidental y aguas adyacentes. La UE incumplió su obligación de respetar el derecho del pueblo saharaui a la libre autodeterminación y de no reconocer una situación ilegal resultante de vulnerar ese derecho.
El dictamen, señala claramente que la soberanía aducida por Marruecos se deriva de la vulneración del derecho saharaui a la libre autodeterminación, por lo que el Acuerdo de pesca y los actos conexos son incompatibles con los Tratados que obligan a la UE a proteger los Derechos Humanos y respetar estrictamente el Derecho Internacional. Tampoco se reconoce que Marruecos tenga una “administración de facto” pues sencillamente es una figura inexistente en el Derecho Internacional, ni que su ocupación del territorio le capacite para firmar el citado acuerdo.
Esta resolución del TJUE pone en evidencia el desafuero mantenido por la UE en su relación con Marruecos, gracias al lobby francés y a la indiferencia, complicidad o cobardía del gobierno español. España sí es el administrador del territorio del Sáhara Occidental, según publicita la ONU todos los años y el abandono vergonzoso de sus obligaciones internacionales es lo que ha permitido la aparición de esa falsa “administración de facto” y que Marruecos intente con todos sus medios suplantar una acción que solo le corresponde a España. Ahora se comprende mejor la causa del aplazamiento de la visita de los reyes de España a Marruecos, la irritación del Sultán.
A nadie puede sorprender este dictamen ya que es coherente con la postura de la ONU y de las numerosas Resoluciones de la Asamblea General y del propio Consejo de Seguridad. Solo el decidido apoyo de dos miembros permanentes del citado Consejo, EEUU y Francia, ha permitido a Marruecos perseverar en su neo colonialismo y en la invasión ilegal del territorio, lo que ha supuesto una violación sistemática de los Derechos Humanos y un incumplimiento reiterado de la Carta de San Francisco.
Nuevamente se le ofrece a España la oportunidad de enderezar su impresentable política exterior y tratar de recuperar un prestigio internacional que perdió hace más de cuarenta años. La formulación es sencilla: reclamar de cara a su última colonia lo que debió hacer entonces y no hizo. Es el momento, otra vez, de recuperar el pulso. Claro que para ello es preciso tenerlo.
N. de la R:
El autor es Coronel del Ejército, Licenciado en Ciencias Políticas y escritor.
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