Aznar y Cascos

España
Espacios Europeos (24/2/2018)
El sistema es liberal, pero cuando a los bancos y a las empresas privadas les van mal los asuntos crematísticos, el Estado, o sea, los ciudadanos, acudimos en su defensa. Les rescatamos. Y una vez saneada la situación, se les devuelve el banco o la empresa para que sigan mangoneando, malgastando y maltratando a los trabajadores.

Antes fue la Banca y Cajas de Ahorro, ahora les toca a las AUTOPISTAS. La operación de rescate a las Autopistas se inicia con la Autopista de Peaje R4, que se llevará a efecto mañana jueves, día 22 de febrero.

Con este motivo, Ecologistas en Acción ha denuncia esa maniobra, a la vez que nos informa que eso va a suponer un perjuicio para la arcas del erario público de miles de millones de euros. Esa asociación nos pone al tanto de la historia de la creación de ese “negocio”:“las autopistas de peaje de la época de Álvarez-Cascos no era necesaria, pero los presuntos pagos ilícitos ligados a sus concesiones, recogidos en los papeles de Bárcenas, empujaron a que se construyeran·.

El negocio de las autopistas de peaje se diseñó en el Ministerio de Fomento en la etapa de Francisco Álvarez-Casco, en la que empresas privadas construían esa red de carreteras y luego pasaban a controlar el peaje como forma de pago. Sin embargo –afirma Ecologistas en Acción- “ahora van a ser rescatadas con dinero público, por una cuantía sin concretar aún, pero que algunas estimaciones elevan hasta los 4.600 millones de euros”. Es a todas luces un rescate vergonzoso y antisocial. Como afirma esa asociación.

Las nueve autopistas que ahora se rescatan han sido una ruina económica. Se trata de las cuatro radiales a Madrid (R-2, 3, 4 y 5), la Cartagena-Vera (AP-7), la AP-41 Madrid-Toledo, AP-36 Ocaña-La Roda, M-12 al Aeropuerto de Barajas y la Circunvalación de Alicante.

Ninguna de estas autopistas ha llegado a la mitad del tráfico previsto, y muchas de ellas están en niveles cercanos a la décima parte de las previsiones, lo que refleja de forma clara el “descomunal error que supuso su construcción, por el que nadie ha asumido ninguna responsabilidad. Por supuesto que todas estas obras tuvieron un fuerte impacto ambiental y territorial, como ya denunció en su día Ecologistas en Acción”, afirman.

No fue un error, sino algo premeditado. Y así lo demuestra ahora el desmesurado coste del rescate. Durante años, el gobierno ha tratado de evitar esa quiebra, que ha supuesto enormes desembolsos a cargo del erario público a base de créditos a bajísimo interés y encima avalados por el estados.

Afirma Ecologistas en Acción que “Asimismo se han venido pagando unas cuentas de compensación: un acuerdo por el que el Estado ha pagado a las concesionarias la diferencia que hay entre lo realmente recaudado en los peajes y lo que habrían ingresado si se llegara al 80% de las estimaciones de tráfico recogidas en los contratos, claramente sobredimensionados”.

Para Ecologistas en Acción, la explicación más clara de este desaguisado se encuentra en los papeles de Bárcenas que supuestamente recogen pagos al Partido Popular de muchas de las empresas constructoras de estas obras. Por desgracia, muchos de los contratos son previos a 2003 y los posibles delitos ya han prescrito, aunque otros, como los ligados a la AP-41 están siendo investigados. Los presuntos intereses ilícitos son los únicos que explican bien lo que no se puede justificar desde la racionalidad de la planificación del transporte.

No hay que olvidar que todo este fiasco de sobredimensionamiento de infraestructuras a cargo de fondos públicos se produce al tiempo que el actual ministro de Fomento sigue en la misma dinámica: el verano pasado presentó un plan para construir 2.000 kilómetros de autovías nuevas. En el país con más kilómetros de estas infraestructuras se propone gastar 5.000 millones de euros más para seguir engordando la burbuja de infraestructuras.

Absolutamente vergonzoso.