Los seis dictadores de la CEMAC, Obiang Nguema el más cruel.

Guinea Ecuatorial
Espacios Europeos (22/1/2018)
En un comunicado de prensa, remitido por el Movimiento para la Liberación de Guinea Ecuatorial III República (MLGE III R), que lidera el abogado guineano Martín Obiang Ondo, se nos muestra una panorámica de violencia institucional, corrupción sistémica e impune, inseguridad jurídica e inestabilidad que genera pobreza, terribles desigualdades y odios latentes. Nos referimos a la zona CEMAC que comprende los siguientes países: Guinea Ecuatorial, Camerún, Congo, Chad, Gabón y Centroáfrica.    

Por su interés, lo recogemos íntegramente:

MLGE III R POR LO SUCESOS ACAECIDOS EN LA REPÚBLICA DE GABÓN EL 6 DE ENERO DEL PRESENTE AÑO

El reafirma lo que desde hace tiempo venimos advirtiendo, y es que corren aires de inestabilidad en la zona C.E.M.A.C. Una comunidad de seis estados del África central: Camerún, cuyo dictador lleva en el poder 37 años sin intención de abandonarlo hasta que la muerte le sorprenda; Centroáfrica, país inestable desde hace casi dos décadas a consecuencia de la misma política de sus vecinos de la comunidad de dictadores, cuyo actual gobierno no goza de ninguna estabilidad real necesaria para el ejercicio de plenas funciones y capacidad; Chad, con un dictador sanguinario con 29 años en la jefatura del estado y sin signos de dejar el cargo en un futuro cercano; Congo, con un dictador de la misma escuela de sus homólogos que lleva 35 años sin visos de dejarlo. Al amparo de Francia, la familia Bongo lleva dirigiendo el país desde 1967. Ali Bongo, el actual presidente, sucedió a su padre en el año 2009. Las últimas elecciones provocaron fuertes protestas en el país a causa de un supuesto  fraude en las mismas, pero a pesar de todo Bongo siguió en el poder. Actualmente se encuentra en Marruecos desde hace tres meses, recuperándose de una dolencia cardíaca. Su  gobierno lleva los asuntos rutinarios, pero poco más. Y Guinea Ecuatorial su dictador cruel y sin escrúpulos, que está en el poder desde hace 40 años, actualmente es el presidente que más tiempo lleva en el puesto, y con muchos ánimos de perpetuar en el poder sobre todo en el puesto, cuya pretensión es establecer una dinastía perpetua para seguir con el cuidado de su finca llamado Guinea Ecuatorial, nombra a su hijo Teodoro Nguema Obiang, alias Teodorín, para sucederle en sus tropelías.

La permanencia de estos cinco dictadores es un auténtico insulto y una mofa, no solo para los ciudadanos de sus respectivos países, sino para la llamada comunidad internacional. Pero no nos debe caber duda alguna que la permanencia de esos dictadores lo es debido a que las grandes potencias los permiten. Y especialmente nos referimos a la Unión Europea y Estados Unidos,

Ninguno de estos países contempla en su Constitución la monarquía como forma de articular el Estado, pero de facto los seis o han cedido el poder a su familia o al menos lo tienen en proyecto.

Esa política de opresión, de desgobierno, de sistémica e impune corrupción y de perpetuidad en el poder sin ninguna alternancia real, se traduce en una extrema pobreza en países que rebosan de recursos naturales, además de un sombrío futuro. La zona CEMAC en una auténtica bomba de relojería que puede estallar en cualquier momento.

Los métodos dictatoriales implantados por los países que conforman la CEMAC traen consigo una total falta de libertades ciudadanas y de transparencia en la gestión de los asuntos de Estado que provocan a su vez desconfianza en sus instituciones y alientan cambios radicales ante la imposibilidad de llevar a cabo cambios por procedimientos democráticos.

Los hechos ocurridos en Libreville, capital de Gabón, el pasado 6 del presente mes, deben entenderse desde la terrible situación en la que se encuentra las poblaciones de esos países, con elevados índices de pobreza, carencia de Sanidad y Educación. No es de extrañar, por tanto, que hastiados de esa situación –a la que se une una tremenda desigualdad con las elites dictatoriales- se vean impelidos a recurrir a la violencia.

Curiosamente, el intento de un grupo de militares por dar un vuelco a la situación de la población gabonesa, se ha vivido con más intensidad en Guinea Ecuatorial que en la propia República de Gabón. Quizás sea debido a que el pueblo guineano padece una mayor injusticia que el gabonés y vive pendiente de que cualquier acción política le libere del yugo que padece.

Consciente de esos anhelos, el dictador Teodoro Obiang Nguema, no dudó lo más mínimo en felicitar al gobierno gabonés por el “ajusticiamiento” de varios de los militares sublevados.

Desde su independencia, los seis países de la CEMAC no han conocido lo que es vivir en libertad y democracia; siempre han estado sometidos a brutales dictaduras y convulsiones internas que hacen de la zona un territorio propenso a un estallido violento que, lógicamente, puede estallar en uno, pero que con seguridad se extenderá con rapidez al resto.

La Unión Europea y  Estados Unidos, entre otros países,  permanecen insensibles ante esa situación. Es más, están contribuyendo a mantener a esos dictadores –sus dictadores– a través de los cuales consiguen extraer los recursos naturales de esos países a un costo muy bajo.

Los escándalos de corrupción en esos países salpican a políticos occidentales y, en ocasiones –cuando la prensa se hace eco de ellos- la Justicia se ve obligada a actuar. Un ejemplo nos lo ofrece Teodoro Nguema Obiang, Teodorín, hijo del dictador guineano, cuyas “inversiones” con “bienes mal adquiridos” le han conducido ante los tribunales de Justicia de Francia, Brasil y Estados Unidos, entre otros países.

Para los ciudadanos de Guinea Ecuatorial se nos hace dificultosos entender esa “protección” que los sucesivos gobiernos españoles le dan al dictador guineano, además de  tolerar el “terrorismo de Estadio” que ejerce y no sólo en Guinea Ecuatorial, sino en España, donde en no pocas ocasiones, opositores guineano han sido víctimas de agresiones a cargo de sicarios a las órdenes del régimen que preside Obiang Nguema, o de seguimientos y amenazas.

También se nos hace harto difícil llegar a entender que el gobierno español –gobierne quien gobierne- consienta esas actuaciones de la dictadura guineana, y no sea más crítico con las muertes, torturas y detenciones arbitrarias que la oposición guineana viene denunciando. También nos extraña, y mucho, la impunidad con la que la dictadura guineana expolia sus bienes a empresarios españoles, europeo y de otras nacionalidades, sin que sus denuncias sean escuchadas y actuado en consecuencia.

Nuestras dudas quedan aclaradas cuando vemos al expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, y a los exministros de Defensa y expresidente del Congreso de los Diputados, José Bono, al exministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos, ejerciendo de intermediarios entre empresas y el dictador guineano.

Son mucho los analistas y centros de estudios de geoestrategia que vaticinan que la zona del Golfo de Guinea puede ser un nuevo escenario de conflictos, pesimismo que comparte el Movimiento para la Liberación de Guinea Ecuatorial Tercera República (MLGE IIIR).

Martín Obiang Ondo, líder del MLGE III R.

No es de extrañar que en esa zona surja una “primavera CEMAC”. De hecho esa posibilidad está provocando un retraimiento en las inversiones privadas –aparte de la “inseguridad jurídica” existente, especialmente en Guinea Ecuatorial-, motivo por el cual algunos de los países han recurrido al FMI o BM para tratar de aliviar sus economías.

El MLGE IIIR es consciente de que Guinea Ecuatorial enfrenta grandes peligros y amenazas; la complicada y ardua tarea  que es luchar contra una dictadura tan opresiva y cruel como la de GE. Sin embargo, no nos es lícito darnos por vencidos. Tenemos recursos morales, intelectuales, espirituales y materiales para salir airosos y vencedores. Es cierto que todavía nos azotan el flagelo de la pobreza, del atraso de la economía, el patrocinio de los indeseados y de la corrupción moral. No obstante, así  es como se puede vencer las eternas dictaduras, monárquica y totalitaria, y construir un Estado de Derecho y democrático, así es como se venció el colonialismo en el siglo pasado, de igual manera saldremos adelante en esta encrucijada del comienzo del Siglo XXI, para colocarnos a la altura de las naciones sabias y prósperas de la tierra.

La zona CEMAC libra una profunda batalla por la democracia; lucha que cada vez se hace más visible.

El comunicado finaliza con una llamada al pueblo guineano:

“Si luchamos el presente y el futuro es nuestro”.
“Sin dignidad, no hay libertad, sin justicia no hay dignidad y sin independencia no hay hombres libres”.
“Es preferible ser libre con escasos recurso que ser rico en la esclavitud”.


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