Excomisario Villarejo.

España/Guinea Ecuatorial
Espacios Europeos (15/3/2019)
El excomisario Villarejo fue el organizador civil en el primer intento de golpe de Estado en Guinea Ecuatorial.

El plan parecía perfecto, aprovechando el desfile militar del 12 de octubre de 1994, un soldado dispararía contra el presidente guineano Teodoro Obiang y tras el caos Severo Moto regresaría a Malabo y se haría con el poder. Después llegaría el apoyo y reconocimiento del gobierno español. Según fuentes de la inteligencia española, toda la trama fue urdida por el excomisario José Manuel Villarejo y un coronel del CNI ya retirado.

«El golpe tenía la aprobación de Jolin Bennet, embajador de Estados Unidos en Guinea y desde España fue Villarejo junto a un coronel del CNI quien se encargó de organizar todo aquello. A Felipe González le engañaron, diciendo que era bueno para España porque se sospechaba de la existencia una bolsa de petróleo que podría explotar Hispanoil», recuerda un antiguo mando de la inteligencia española.

Pero el golpe de Estado fracasó porque alguien de dentro del propio gobierno español advirtió a la dictadura de Teodoro Obiang y unos meses más tarde el nuevo gobierno de José María Aznar desmentía en la prensa lo que poco antes habían apoyado desde la oposición y se apresuraban a desacreditar cualquier información al respecto.  «El Gobierno español nunca toleraría que desde España se organizasen planes de desestabilización de un país independiente como Guinea Ecuatorial», decía un comunicado oficial del ministerio de Exteriores en septiembre de 2005.

También la embajada norteamericana en Madrid desmentía rotundamente que apoyasen ningún golpe. Incluso Severo Moto desmintió rápidamente la información. Al parecer, la bolsa de petróleo sí existía y finalmente una de las principales beneficiadas fue la estadounidense Mobil Petrol y varias compañías francesas. La compañía Repsol intentó quedarse con un trozo de tarta del negocio en 2011, pero las exigencias eran tan caras que renunciaron al petróleo guineano. Hispanoil fue la compañía madre de Repsol en la década de los 90.

El líder del Partido del Progreso (PP), Severo Moto, también salió a negar en 1995 realizando unas declaraciones a Televisión Española (TVE) su presunta implicación en este golpe de Estado y calificó las acusaciones de «tremendas y estúpidas». «Eso es falso», reiteró Severo Moto, pero el subconsciente lo traicionó y reconoció que tuvo contactos con el embajador John Bennett y estos «fueron perfectamente normales». Bennet matizó después que Estados Unidos tenía contactos con todos los opositores de Guinea Ecuatorial en España.

Lo cierto es que, como ha sabido Elcierredigital.com, Villarejo ideó esta operación desde sus empresas Top Hepoca, RV Consultores y Vilper Consulting. De hecho, Villarejo tenía contratada en  sus empresas a una de las hijas del opositor guineano. Severo Moto es padre de tres hijas, Esther, Yolanda y Alicia y un hijo, Severo. Las tres sociedades de Villarejo, algunas junto a su socio el abogado Rafael Redondo, estaban domiciliadas en la madrileña Avenida de San Luis 93 y serían el soporte económico y financiero desde donde respaldar el políticamente el presunto golpe de Estado.

La empresa Top Hepoca fue investigada en el caso Villarejo por la Fiscalía, tras levantar la sospecha de una agencia de modelos administrada por el excomisario. Se sospechó entonces que esta empresa era la usada por el excomisario para contratar mujeres que, supuestamente habrían realizado servicios de acompañamiento a importantes empresarios y ejecutivos de la alta economía española.

En palabras del propio Villarejo servía para obtener «información vaginal». Esta empresa se constituyó en 1992 con un capital social de 600.000 euros y su objeto social era la organización de reuniones, conferencias, congresos, cursillos, pases de modelos y cualquier otro acto colectivo. Al año siguiente, en 1993, Villarejo reingresó en la Policía.

Advirtieron al gobierno español del intento de golpe de Estado
En 1995 fuentes de la Administración española reconocieron que recibieron informaciones de Guinea Ecuatorial advirtiendo de la posibilidad de una intentona golpista, pero que las acogieron con prudencia porque nunca pensaron «que Moto y su entorno tuvieran capacidad real para dar un golpe. Estaba poco articulado».

Severo Moto se encontraba exiliado en España desde 1982, pero fue condenado en un juicio que se celebró en su ausencia. La primera condena fue de 28 años de cárcel, aunque posteriormente fue indultado por el gobierno de Teodoro Obiang Nguema, dictador de Guinea y Moto aprovechó para escapar a España.

Para el gobierno español Severo Monto siempre fue un «héroe artificial, un supuesto Mandela con pies de barro», aseguraba entonces un diplomático español conocedor de los problemas guineanos. Sin embargo, se postuló como candidato a la presidencia en 1996, bajo el manto de la Plataforma de Oposición Conjunta (POC). Unas elecciones, que como todas las celebradas hasta la fecha, arrojaron como resultado que el 99 por ciento de los votos emitidos fueran a favor de Obiang.

No fue el único incidente protagonizado por Severo Moto, que en abril de 2008 fue detenido por tráfico de armas, al intentar enviar algunas a Guinea Ecuatorial. El juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, mandó entonces detenerlo tras incautarse de dos armas largas de combate y una corta en el maletero de un coche viejo que iba a ser embarcado en un barco con destino a Malabo (Guinea Ecuatorial), propiedad de un empresario valenciano.

Fuente: Este artículo, publicado en El Cierre Digital, lo han escrito Luis Galiacho y Luis Miguel Montero.