Teodoro Obiang visita la catedral de Malabo, cubriendo sus espaldas está, entre otros, Isaac Nguema Ondo, “Papi Isaac”. (foto página oficial de Guinea Ecuatorial).

Guinea Ecuatorial
Abaha (21/1/2020)
El devastador incendio de la catedral de Malabo está rodeado de especulaciones, rumores y acusaciones. ¿Fue casual? ¿Fue provocado? ¿Se organizaban en la Catedral actos no apropiados? Vayan ustedes a saber, pero el caso es que una serie de sucesos encadenados comienzan a darse en Guinea Ecuatorial. Creemos que no se pueden achacar a la casualidad. Entre tanto las torturas siguen dando sus frutos al régimen de Malabo, mientras la UE (especialmente España) y Estados Unidos, permanecen en silencio. Se dice, se comenta, que “por detrás”, bajo la mesa de camilla, están trabajando para liberar a los militantes de la asociación MLGEIIIR, secuestrados en Sudán del Sur. Pero, si es así, los resultados no se ven, no se aprecian.

Los bomberos que acudieron a sofocar las llamas de la Catedral aseguran haber encontrado dos focos, distintos y distantes uno de otro, lo cual nos indica que ha podido ser provocado. Se dice que van a investigar, pero ¿con qué medios? El caso es que ya hay una empresa española -¿de quién?-, en marcha.

El pasado día 16 de este mes, la Catedral de Santa Isabel en Malabo fue parcialmente destruida por un incendio. El techo quedó literalmente destruido así como el interior. Solo permanece la estructura exterior.

La Catedral católica de Malabo, uno de los vestigios más emblemáticos del colonialismo español en África, es la más importante de Guinea Ecuatorial. Su construcción, de estilo neogótico, se inició en 1897 y culminó en 1916. El arquitecto del templo fue Luis Segarra Llairadó. ​

El incendio de la Catedral no ha sido el único incidente acaecido en la excolonia y exprovincia española de Guinea Ecuatorial. A parecer, el mismo día se incendio la fábrica de munición de Okoete en Mongomo. También ha sido pasto de las llamas la subestación eléctrica de Musola y el aeropuerto de Mongonoyen.

Junto a estos incendios hay otros, no menos graves, para el dictador Teodoro Obiang Nguema. El primero de ellos, quizás, está siendo el despliegue de información llevado a cabo por los familiares de los secuestrados, que no cesan de escribir cartas y correos electrónicos a instituciones españolas y europeas, así como mantener encuentros con políticos europeos. Y más importante aún, el trabajo desarrollado por el MLGIIIR (Movimiento de Liberación de Guinea Ecuatorial III República) y los líderes de otros partidos y movimientos políticos opositores a la dictadura guineana. Las redes sociales están inundadas. Llama la atención, sin embargo, el silencio que guardan algunos, pero allá ellos. El que no siembra no podrá recoger frutos.

Otras de las llamaradas ha sido la acogida que ha tenido la página oficial de internet de Amnistía Internacional, que se ha hecho eco de ese vil secuestro propio de un estado terrorista. Y poco después otro incendio. El provocado por Human Rights Watch (HRW), que en su informe anual afirma, entre otras cosas, que la “corrupción y la represión de las libertades políticas y civiles siguen siendo inquebrantables en Guinea Ecuatorial, donde el derecho a la educación y la salud sigue siendo negado«.

Para esa ONG, los derechos humanos, la corrupción y la represión de los derechos civiles y políticos sigue siendo “inquebrantables” en Guinea Ecuatorial: “La gran mayoría de los ciudadanos de Guinea Ecuatorial siguen viendo que se niegan los derechos económicos y sociales, incluido el acceso a la atención de la salud y a la educación básica, a pesar de los vastos ingresos petroleros que benefician a la élite política«, dice HRW.

Interior de la Catedral de Malabo.

No escapa a HRW la condena de 112 personas en mayo de 2019 por participar, supuestamente, en una intentona golpista en el mes de diciembre de 2017.

Más incendios. En este caso el de Purificación Angue Ondó, que hasta hace poco representaba a Guinea Ecuatorial como Embajadora Extraordinaria y Plenipotenciaria en España. Obiang Nguema ha cesado a su exembajadora en Madrid como anunció el decreto número 006/2020, de fecha 17 de enero de este año. Mediante otro decreto, Obiang nombra embajador en Rusia a un hijo de la exembajadora. Equilibrio inestable.

El nuevo embajador en España es Miguel Edjang Angue, y entre sus méritos destaca el ser hermano de una de las esposas de Armengol Ondó Nguema, hermano de Obiang Nguema. Entre las tareas encomendadas al nuevo embajador, figuran otras nada diplomáticas.

Las torturas a los secuestrados, lógicamente, dan sus frutos. No se puede esperar otra cosa. Pero los destrozos causados en los cuerpos de esas víctimas serán como un boomerang.

Esos torturados no son los únicos. Fructuoso Nguema Mangue, uno de los hijos de Bonifacio Nguema Esono (vice presidente con Francisco Macias), está sufriendo terribles torturas. Si detención se produjo cuando miembros de la Seguridad presidencial iban a detener a un hermano suyo, que logró escapar tras haber sorteado a las fuerzas de Nicolas Obama Nchama, ministro de Seguridad del dictador. Huyó en cayuco, cruzando Rio Campo, y llegó a Yaundé, donde, a través de “amigos”, embarco en un avión destino a España. Otro de los que sufren crueles torturas es Pablo Ondó Nguema, sobrino-nieto del histórico Acacio Mañé Elá.

Al parecer la ola de arrestados y personas a las que se les ha retirado el pasaportees larga. Entre otros, se encuentran en esa situación, Lucas Nguema Esono, Carlos Nze Nsuga, Manuel Tomo, Juan Carlos Ondo, Ricardo Mangue, Ernesto Macías, Guillermo Nguema Ela y otros.

Nos informan fuentes solventes, que se está elaborando una lista de empresas (con nombres y apellidos de los socios) en la que figuran miembros de la elite guineana (familiares de Obiang y políticos de su entorno), que poseen propiedades y patrimonio en España. Todo apunta a que,  a través de Geproyectos, empresa estatal cuya dirección es llevada por Francisca Obiang Jiménez, conocida por Paquita (una de las hijas del dictador), se realizan determinadas operaciones fruto de adjudicaciones de obras y construcciones otorgadas a “dedo”. La mayoría de esas “operaciones” son “pura corrupción –nos dice un informante- y España ha sido el paraguas perfecto para que puedan invertir y adquirir propiedades”.

Seguiremos.