El jueves

España
A. D. (22/5/2020)
Llevamos un tiempo –quizás lo impuso la incapacidad de José Luis Rodríguez Zapatero, que para ocultar su ineptitud y carencia de sentido de Estado se dedicó a “sacra” a Franco cada vez que los asuntos de gobierno le iban mal. Y como esos males iban en aumento con los días, pues erre que erre a reverdecer el franquismo. Y ahora, con Pedro Sánchez, la estrategia se repite y repite. En este caso, la ineptitud va algo más camuflada, pues el chico tiene porte, buena voz y fácil verbo. Pero tantos cambios, pactos y cambalaches, le conducen por el mismo camino.

Ahora, todo lo que sale mal, es culpa del Partido Popular (PP), y no saca al Cid Campeador, a Franco, Aznar o Rajoy porque la cosa cantaría mucho.

En la calle ocurre otro tanto, si contradices o criticas eres un facha asqueroso.

Aporto dos casos como muestra. Ayer, en la cadena Onda Cero, Toni Nadal, entrenador y tío del tenista Rafa Nadal, en la entrevista que le hizo el periodista José Ramón de la Morena, éste le pregunta sobre las críticas que recibió Rafa Nadal del alcalde de Manacor, y contestó que «hoy la gente tiene miedo a opinar porque luego te vienen dadas por aquellos que no aceptan las opiniones de los demás (…) no puedes ver bien un pacto con un partido que ha sido complaciente con ETA y luego llamar facha a los que no opinan como tú«. Toni Nadal responde a una de las preguntas De la Morena: «Lo que no perdona el alcalde de Manacor es que Nadal se emocione tanto con el himno español«.

Sobre el mismo asunto, De la Morena entrevista a Miquel Oliver, alcalde de Manacor, perteneciente al partido político Mès-Esquerra, que critica a Nadalporque vive al margen del municipio«.

Aquí está el audio para que lo escuchen y mediten. No pedimos más, que ya es bastante.

Audio: entrevista a Miquel Oliver, alcalde Manacor.

Sobre el mismo asunto, hoy por la mañana en RNE, una persona mayor comentó una anécdota curiosa, por no llamarla de otra manera. Resulta que el hombre –mayor como decimos- salía de hacer la compra en un mercado. Iba con su correspondiente mascarilla, no recordamos si comentó algo sobre los guantes. Un joven se le cruzo, le miró fijamente y le espetó “facha”. El hombre piensa que fue por llevar mascarilla, pues ni le conocía ni habló con él.

Nos da la impresión que corren tiempos en los que discrepar cuesta lo suyo. O estás conmigo o eres un facha. Hace muchos años, el apelativo para los discrepantes era “rojo” o “comunista”.

Malos tiempos corren, y no sólo por la pandemia sanitaria, sino también por la ideológica.