María Jesús Montero, Ministra de Hacienda.

España
Javier G. Jorrin (7/5/2020)
La Autoridad Fiscal alerta de una desviación del déficit de, al menos, 8.000 millones y alerta de que existen inconsistencias entre las previsiones macroeconómicas y fiscales del Gobierno

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), ha desmontado este miércoles las previsiones fiscales que actualizó el Gobierno la semana pasada con motivo de la actualización del Programa de Estabilidad. La Autoridad Fiscal alerta que el Gobierno ha realizado una previsión de ingresos públicos muy optimista que no responde a la magnitud de la crisis, lo que significa que estaría minusvalorando las previsiones de déficit en, al menos, 8.000 millones de euros. En concreto, el Ministerio de Hacienda prevé una caída de la recaudación de este año del 5% con un desplome del PIB nominal del 10,1%. Eso supondría una evolución muy favorable de la recaudación si se tiene en cuenta el hundimiento de la demanda, la producción y el empleo, un escenario que nunca antes ha ocurrido.

La Autoridad Fiscal considera que ese escenario no es verosímil y alerta de que los ingresos públicos estarán muy por debajo de las previsiones del Ministerio de Hacienda incluso aunque la evolución de la economía sea más favorable. Por ejemplo, en el escenario más optimista que plantea la AIReF, que considera el levantamiento de las restricciones a mediados de mayo, el PIB caería un 8,9% nominal, 1,2 puntos menos que las previsiones del Gobierno, y los ingresos públicos se quedarían en el 39,5% del PIB. Esto es, muy lejos del 41,2% que estima el Gobierno. En ese caso, la desviación del déficit superaría ampliamente los 14.000 millones de euros.

Pero si la evolución de la economía es peor a la que estima el Ministerio de Economía, escenario que es posible dada la incertidumbre actual sobre la evolución de la pandemia y de la confianza de los agentes económicos, la desviación de los ingresos se dispararía por encima de los 14.000 millones de euros. En este segundo escenario que plantea la AIReF, que conempla un rebrote del virus de un mes en otoño, el PIB caería un 13,8% nominal y los ingresos públicos se quedarían en el 39,4% del PIB. En ese caso, los ingresos públicos serían casi 29.000 millones inferiores a los que prevé el Ministerio de Hacienda.

La Autoridad Fiscal considera que el Gobierno ha sido muy optimista en casi todas las figuras tributarias incluso en el escenario económico más optimista. No ve realista, por ejemplo, que la recaudación del IRPF caiga únicamente un 2,4%, como prevé el Gobierno, si se tiene en cuenta el nivel de destrucción de empleo, ya sea con despidos o con trabajadores enviados a expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Tampoco comparte la previsión de caída del IVA del 5,2% si se tiene en cuenta el parón del consumo y la previsible caída de precios que ocurrirá este año.

La AIReF también discrepa del Gobierno en cuanto a la estimación del impacto sobre la recaudación de la Seguridad Social de una de sus medidas estrella de la crisis: la reducción de las cotizaciones a empresas acogidas a ERTE de fuerza mayor. En concreto, las empresas cuentan una rebaja de entre el 70% y el 100% en las cuotas de sus trabajadores. Esta medida provocará una caída en los ingresos de 2.216 millones de euros según las estimaciones del Gobierno, pero la AIReF eleva su coste hasta 6.203 millones en el escenario más optimista y a 6.875 millones en el más pesimista.

En el caso de los gastos, las previsiones del Gobierno sí se ajustan al rango de previsiones de la AIReF. En concreto Hacienda considera que el gasto del conjunto de las AAPP se situará en el 51,5%, lo que se sitúa dentro del abanico que maneja la Autoridad Fiscal, que va desde el 50,4% hasta el 53,2% del PIB. Eso sí, la AIReF alerta de que existe una «inconsistencia» en las estimaciones de consumo público en los dos escenarios facilitados por el Gobierno, el fiscal, que elabora Hacienda y el macroeconónico, que realiza Hacienda. Esta discrepancia revela que los dos escenarios no estarían bien encajados.

En concreto, el cuadro macro contempla un incremento del consumo público este año del 4,8% nominal. Sin embargo, las dos principales partidas de ese gasto, recogidas en el cuadro fiscal, son muy superiores. En concreto, Hacienda prevé que la remuneración de asalariados aumente un 6,1% y las transferencias sociales en especie, un 8,6%, lo que hace imposible que se ajuste a las previsiones de Economía.

En apenas dos meses de crisis, se ha producido un deterioro del tejido productivo como nunca había ocurrido, lo que complica una recuperación rápida tras la pandemia

Con estas previsiones de ingresos y gastos, la AIReF considera que el déficit se disparará este año al 10,9% en el escenario optimista y al 13,8% en el pesimista, ambos por encima del 10,3% que prevé el Gobierno. Esto significa una desviación de entre 8.000 y 35.000 millones de euros respectivamente. Si se cumplen sus previsiones, significará que el déficit público va a ser mucho más alto del que estima el Gobierno, lo que obligará a realizar ajustes más duros en el futuro. Esta desviación del déficit provocará una escalada de la deuda pública que podría llegar al 122% del PIB, lo que significaría un aumento de más de 27 puntos del PIB.

La AIReF también ha criticado que existe una «insuficiencia en los datos presentados por el Gobierno» respecto a las medidas fiscales aprobadas para paliar la crisis, lo que dificulta que la Autoridad Fiscal pueda realizar una previsión más certera. La nueva presidenta de la entidad, Cristina Herrero, ha señalado que el Ejecutivo no ha presentado «información suficiente del detalle de las medidas y su impacto en el escenario macroeconómico«. Por ejemplo, respecto a los ERTE, el Gobierno no ha facilitado información sobre su «duración o los sectores de actividad afectados«, lo que dificulta gravemente el ejercicio de previsión de la evolución de los ingresos y los gastos.

Fuente: El Confidencial.