Guinea Ecuatorial
Abaha (24/11/2021)
El PDGE (Partido Democrático de Guinea Ecuatorial), partido político del mismísimo Teodoro Obiang Nguema, presidente-dictador de la República  de Guinea Ecuatorial, celebra estos días su VII Congreso Nacional Ordinario. Gran boato, escenario de lujo, mucho asesor y gran cantidad de dinero invertido, todo para llegar a una única conclusión, “el que manda soy yo; y quiero seguir haciéndolo”, y el que se mueva no es que no “salga en la foto” (como en su día dijo Alfonso Guerra, Vicepresidente del gobierno socialista de Felipe González), es que no ve la luz. Y saben a quién nos referimos.

Ya hemos dicho en varias ocasiones que ante el panorama familiar que tiene delante el dictador, no le queda otra salida que elegirse a sí mismo como candidato de su partido, el PDGE, para encabezar la lista en las próximas elecciones. Cuando la candidatura sea oficial, ya veremos cuál es la reacción de Teodoro Nguema Obiang, hijo del dictador y actual vicepresidente del gobierno. Bueno, hemos querido decir la “reacción de su mamá”, Constancia Mangue de Obiang. No obstante, con la actual Constitución Teodorín no tendrá problema alguno.

Puede haber sorpresas, ¡claro que sí!, incluso inesperadas. Pero vayamos por partes. De presentarse y, por supuesto, ganar las próximas elecciones legislativas y presidenciales, sería el sexto mandato del dictador. Las elecciones están previstas que se celebren el año 2023, pero tenemos la impresión que serán en 2022. Y, con seguridad,  hoy, miércoles día 24, el elegido, será Teodoro Obiang Nguema.

A la espera de lo que suceda, nos hemos entretenido en leer el discurso que el presidente Obiang Nguema ha lanzado a la ´comunidad internacional ´y a los militantes que asisten a ese Congreso Ordinario, y nos hemos encontrado con algunas perlas interesantes. Veamos:

Tras el consabido “Hermanas y Hermanos Militantes”, Obiang se refirió a su partido político como “Gran Movimiento de Masas”, siguió lamentando la calamidad de la COVID-19 y a la “catástrofe de grandes magnitudes, a consecuencia de la tragedia en el Cuartel de Nkoa-Ntoma, el 7 de Marzo del año en curso, con resultado de víctimas humanas y considerables daños de infraestructuras públicas y privadas”, pero no citó a los culpables ni de quién eran esos materiales explosivos que se guardaban en el cuartel y en sus inmediaciones. Por supuesto, no facilitó las cifras de fallecidos ni heridos a consecuencia de la pandemia y la tragedia de las explosiones.

Alude Obiang a que su partido se presenta hoy en el escenario político “como la mejor alternativa política después de la abolición de la dictadura en nuestro país de 1.979 y su creación posteriormente en 1.986”, enrevesado párrafo que trata de ocultar que él fue la mano de hierro de Francisco Macías y que lleva impidiendo desde el llamado Golpe de Libertad el libre ejercicio de la libertad de participación política.

Se refiere a los primeros once años posteriores a la independencia de Guinea Ecuatorial como de total “ausencia del respeto de los derechos humanos y la población se veía obligada a exiliarse en los países vecinos y fuera de nuestras fronteras”. Según su versión ahora si existe respeto a los derechos humanos y los opositores no se exilian. La realidad muestra todo lo contrario.

Ahora, con la vista encima de ONG, instituciones internacionales y decenas de acuerdos firmados, se tortura, se secuestra, se celebran juicios sumarísimos sin asistencia de letrados, se siguen expoliando empresas, etc., etc. Occidente, España sobre todo, hacen la vista gorda.

Se jacta Obiang de “haber reconstruido la moral, la libertad y la dignidad del Pueblo de Guinea Ecuatorial”. Pero esa jactancia se hace extensible a que en esos 42 años de gobierno, y 35 del PDGE, “de Paz, Libertad, Democracia y Derechos Humanos ejercidos responsablemente”, ha podido inculcar en el pueblo “los valores de la autoestima, del nacionalismo y patriotismo, porque entendemos que África en general y Guinea Ecuatorial en particular no debe seguir bajo las manipulaciones de las potencias extranjeras. Estos son los valores que nuestro Partido está inculcando en nuestra juventud para construir un Estado más fuerte, más cohesionado, invencible y sin fisuras”.

En su discurso pidió a los miembros de ese Congreso que se “pronuncien de forma categórica” sobre los males que aquejan a los jóvenes acerca de “comportamientos nocivos”, tales como la corrupción, la delincuencia, el narcotráfico y la drogadicción, las falsificaciones, la discriminación de sexo y la indisciplina. Hay que mirarse en el espejo, señor.

No le faltó referirse al libertinaje, al que –afirmó- no hay que confundir con la libertad de expresión, aunque ésta se encuentra limitada por la ley y “por las responsabilidades asumidas en la sociedad”.

En esa línea de pontificar sobre lo divino y humano aludió al mal que pueden causar el uso abusivo de las redes sociales que sirven para difamar y confundir a la opinión pública. Ya sabéis, al presidente-dictador no le gusta lo que se escribe de él en las redes sociales.

Y de ahí pasó al verdadero objetivo de este congreso que es la convocatoria de las elecciones legislativas y presidenciales. O sea, permanecer en el PODER.

Criticó a los que abogan por imponer la democracia en países que por historia, se sienten “ajenos a nuestros pueblos”. Para Obiang la armonía en la que vive el pueblo guineano es el fruto de “las políticas realistas que emanan de la esencia y vocación del Gobierno del P.D.G.E”. Opinión distinta tiene la oposición en la diáspora, la única que existe.

Dijo Obiang que los “diálogos con la oposición han dado resultados óptimos”. Si se refiere a las llamadas Mesas de Diálogo, lo cierto es que han sido un fracaso toral. Decimos un fracaso toral, a no ser que esté dialogando en secreto con algún grupo opositor, algo que desconocemos.

Lo que más nos ha llamado la atención ha sido la crítica que hace a aquellos “que se dedican a llevar sus activos (su dinero) para invertir en el extranjero con las ganancias que obtienen en el País, obviando igualmente de ayudar a los demás conciudadanos necesitados; estas situaciones constituyen y resaltan una falta de nacionalismo y empatía hacia los demás”.

No es “falta de nacionalismo y empatía”, los que así actúan llevándose el dinero del pueblo guineano son unos auténticos delincuentes, unos golfos, que merecen que todo el peso de la Justicia caiga sobre ellos. Pero ya se sabe, cuando los que así actúan son de la Familia y de la cohorte que rodea al dictador, pues se mira hacia otro lado o bien se le apoya en ese expolio.

Varias alusiones a la paz social que reina en Guinea Ecuatorial no le impidieron denunciar el “comportamiento nocivo de algunos conciudadanos que colaboran y financian clandestinamente a nuestros detractores tanto del exterior como del interior del País, los cuales tienen planificadas acciones macabras de desestabilización de nuestra Nación”. Una clara alusión a algunos de sus familiares que apuestan por un cambio, son los que no desean que Teodoro Nguema Obiang, Teodorín, se haga con el poder. Luchas internas nada más.

Y como siempre pidió que estén vigilantes “para denunciar a estos traidores y desmantelar dichas conspiraciones; vigilancia y colaboración a las que deben sumarse todas las instituciones y poderes del Estado”.

Consciente del daño que ha causado a su deteriorada imagen, no olvidó mencionar el “fenómeno migratorio” del que Guinea Ecuatorial no escapa, aunque su gobierno –dijo- “acoger a nuestros hermanos procedentes de otras naciones africanas en particular y del mundo en general”.

Sin embargo, teniendo en cuenta los riesgos del tráfico de armas y entrada clandestina de terroristas que se registra en muchos países de nuestro contorno causando la desestabilización de muchos de ellos, sin menospreciar los intentos de invasión que nuestro País viene desbaratando, todos ellos propiciados por grupúsculos de intereses ocultos; con toda legitimidad y responsabilidad constitucionales que nos asisten como garantes de la estabilidad de nuestra Nación, no podemos dejar de exigir que los expatriados que entran así como los que se encuentran en nuestro País lo hagan conforme a las normas vigentes en materia de inmigración”, finalizó.

Se olvidó el dictador mencionar nada sobre la posibilidad de una Amnistía General para presos políticos y de conciencia.

Más de lo mismo, pero con más problemas y preocupaciones encima.

Dentro de unas horas conoceremos al candidato del PDGE para las próximas elecciones presidenciales. El asunto no es saber quién va a ser -que en eso no tenemos duda-, sino quién o quiénes le acompañarán en ese viaje hacia la nada.