España
Ángel Luis Martín (22/12/2024)
Siempre me sorprendió que Italia, país muy similar a España por su lengua y cultura cual primos hermanos, tuviera su “Cosa Nostra” y nosotros no.
España no tuvo ni tiene esas organizaciones incrustadas en la sociedad y en el propio Estado -recordemos al siniestro viejecito Julio Andreotti, eterna figura del Estado italiano y demócratacristiano del “a Dios rogando y con el mazo dando” cuya relación con la Mafia quedó probada fehacientemente.
Podría pensarse que la “omertá” española ha llegado a una perfección total que para sí hubiera querido el cinematográfico Marlon Brando en su papel de don Corleone.
Pero no, no existe en España esa mafia de un Lucky Luciano capaz de negociar con el gobierno norteamericano, durante la segunda guerra mundial, el desembarco en la querida Sicilia a cambio del perdón de la justicia.
Claro es que Luciano había amenazado con paralizar el puerto de Nueva York: el sindicalismo de Cosa Nostra era muy potente: nada que ver con la UGT o Comisiones Obreras del presente hispano, suaves como ositos de peluche y dóciles como perritos falderos bien atiborrados del mejor pienso ecológico.
Es cierto también, que los sindicatos de Cosa Nostra se mostraban muy suaves si el pienso era el adecuado.
En España no existe Cosa Nostra al modo de Al Capone.
No es posible una “omertá” tan sobrehumana, tan perfecta.
Aquí, a lo máximo que se ha llegado es al bandolerismo romántico de Luis Candelas.
Por la idiosincrasia nuestra de extrema individualidad no ha sido posible una organización mafiosa.
Aquí, se dice, no cabe el “capo di capi” y ni siquiera el capo porque todos quieren ser capos: el español es sujeto muy envidioso y violento que no soporta que nadie sobresalga. Se dice.
En cambio, el español tiene una querencia por la familia muy similar a la de nuestros primos italianos: la “famiglia” es sagrada.
Ya saben: las primas, las esposas, los novios, los hermanos…de nuestros turbios mandatarios…
Es el amor por la familia algo realmente entrañable; tan bello que debe ser agasajado con billetes, privilegios y chanchullos de todo tipo.
Las constructoras y los municipios, los contratos de la administración, las relaciones con bancos y empresas energéticas, etc… son relaciones más adúlteras, más viciosas y concupiscentes que las familiares.
Aunque no dudan los jerarcas políticos patrios de involucrar a familiares también en estas relaciones jugosas si viene a cuento. No se les pone nada por delante.
Al parecer, hay patente de corso.
Entonces y por ello, nos asalta la idea inquietante: “claro, en nuestra amadísima España no existe la Mafia, como en Italia, porque no hace falta: ya existe, digamos que al modo Andreotti elevado a la enésima potencia”.
Pueden ser malos pensamientos, una mosca de tamaño grandioso tras la oreja, una sospecha en forma de tropa de “Andreottis”, pululando y olfateando tramas millonarias para llenar la saca personal.
Las neuronas, a la vista del espectáculo maloliente de nuestras altas esferas, se empeñan en aplicar raciocinio y se preguntan si es posible poner el cascabel al gato.
La respuesta es pesimista.
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Etiquetas:
Corleone, Cosa Nostra, España, Julio Andreotti, Lucky Luciano, mafia