
España
Ángel Luis Martín (13/2/2025)
Las mentes liberales, aunque sean ultraliberales, centradas o de catecismo, tienen pavor a la realidad: porque no terminan de aceptar la evidencia de que nada, absolutamente nada, permanece para siempre.
En sus pesadillas, el potentado toca, angustiado, los billetes guardados bajo la sudorosa almohada:
-Están ahí, sí están ahí.
Y se relaja. De todas formas siempre existe la posibilidad del Gatopardo: cambiar para que nada cambie. El poder del dinero puede obrar el milagro de parar el movimiento del Universo, de la evolución de las sociedades humanas…
Siempre habrá lacayos al servicio de los potentados; de variado pelaje: inteligentes y de estupidez total o mediana.
Pero, a decir verdad, las cosas no deben ir bien: son los propios potentados, como el señor Donald Trump cuyo abuelo amasó una fortuna con el viejo negocio del comercio de la carne femenina: la inteligencia, para el liberal, es sinónimo de astucia y la ética humana primordial, obstáculo sin sentido práctico, los que han optado por ocupar de forma visible, los puestos políticos directores del Estado.
Raras, están las cosas, cuando el camarada del Horst Wessel Lied se desnuda en público saludando la hegemonía del hombre blanco ario: Elon Musk aparece como protagonista abiertamente activo en la cúspide del poder político.
Elon Musk, un selfmademan, un hombre hecho a sí mismo según el catecismo liberal… cuyo papá hizo la fortuna traficando con diamantes y explotando sin piedad a otros humanos… Bueno, eran negros y por tanto…
Muy raras están las cosas, cuando a la primera potencia liberal del mundo no le bastan las marionetas acostumbradas, las de siempre; se colocan ellos mismos en el pedestal y son elegidos por la mayoría de una masa temerosa ante los cambios vertiginosos y muy fácilmente manipulable: por el momento.
No es explicable que no existan personajes como Víctor Orbán o Javier Milei en una cantera tan fértil como la de USA, en realidad el pueblo norteamericano no ha conocido otra cosa desde su nacimiento.
Benny Sanders solo es un invitado de piedra conveniente para el funcionamiento de la parodia.
Tampoco es rechazable el argumento de las patologías narcisistas o psicopáticas; cualquier persona con un entendimiento normal puede apreciar esas taras en estos personajes. A nadie le debe sorprender que una ideología depredadora y darwinista, como la liberal, dé estos frutos malsanos.
Es el miedo a no encontrar los billetes bajo la almohada; a pesar de las taras, estos potentados y sus servidores saben que nada es para siempre, que basta con echar un vistazo a la Historia y tomar nota de convulsiones y revoluciones.
No, no vivimos el fin de la Historia que preconizaba la postmodernidad. La dialéctica histórica prosigue: no se equivocó Hegel y mucho menos se equivocó Karl Marx, ese fantasma que creen enterrado los potentados y sus servidores andan enterrándolo todos los días.
Hay temor, hay que seguir echando paladas de tierra; tal cosa solo se hace con lo que está muy vivo y latente.
De igual manera, los lacayos y servidores, se afanan por enterrar a esa izquierda a la que descalifican como “circo” o “cisco”.
Nada puede estar más vivo si no cesan de echar tierra y barro hediondo bien elaborado, un día y al siguiente también.
Son conscientes de que el tinglado peligra y esas masas, por ahora apacentadas, pueden variar su actitud en muy poco tiempo y volverse, iracundas, contra ellos.
El potentado y sus serviles no pueden dejar de tocar la saca de monedas bajo su almohada, para cerciorarse. Defenderán el botín y la constante acumulación, a cualquier precio: la psicopatía que padecen y según ellos, disfrutan, es su mejor aliada.
Noticias relacionadas:
Decepción en el movimiento saharaui por la presencia de Santos Maraver en el número 2 de la lista de...
Los frentes de batalla de Mariano Rajoy
Violencia en El Cairo: muchos interrogantes
Desastre climático: la COP26 incapaz para acordar la eliminación del uso del carbón como fuente de e...
Más de 48 millones de estadounidenses viven en la pobreza
¿Crisis de liderazgo en el PP? Esperanza Aguirre contra Mariano Rajoy
Jihad Jane, la estadounidense que quería matar al autor de las caricaturas de Mahoma
Las ejecuciones hipotecarias alcanzan cifras sin precedentes en Estados Unidos
Etiquetas:
Benny Sanders, Dialéctica histórica, Donald Trump, Elon Musk, liberales, Milei, Orbán, Postmodernidad