El cociente intelectual desciende

Sin Acritud…
Ángel Luis Martín (19/5/2025)
Mi amigo Ernst Bauer, buen alemán de Hamburgo, me dijo que hiciera esta pregunta para saber si la persona con la que hablaba, era inteligente:

-Dígame en cuatro palabras, y no más de cuatro, en qué hecho físico se sustenta la relatividad espacio-tiempo de Albert Einstein, cuya evidencia está demostrada por la Ciencia.

-También le podrías preguntar por las razones del color del cielo; aunque sería bajar demasiado el nivel; no, pregúntale lo de Einstein, es algo tan esencial como que estamos hechos de átomos y que el vacío en ellos, no existe, como ha demostrado el descubrimiento del Campo de Higgs: energía que crea la materia y no al contrario.

Las consecuencias para el pensamiento humano y las ideas de todo tipo, políticas o filosóficas, son enormes. Bauer bebió un trago de cerveza y prosiguió:

-No se trata de despreciar a nadie con esa pregunta. Es pura autodefensa. Según sean las respuestas, tendrás que tomar la rápida decisión de largarte, sacudiéndote el polvo de las sandalias, o quedarte con tu interlocutor y seguir charlando. Veamos ejemplos de respuestas:

1- Monólogo larguísimo con imposibilidad de interrumpir y sin la respuesta pedida pese a la erudición demostrativa de su cultura. Inútil, insistir en que responda a la pregunta; no escucha. Caso de ignorancia y de narcisismo insoportable.

Debes largarte cuanto antes

2- Monólogo larguísimo pero esta vez sin siquiera tener algo que ver con la pregunta o el tema. El tono es altanero. Caso de ignorante mayestático y muy egocéntrico. Lárgate.

4- Rechazo ultrarreligioso o de tipo conspiranoico. No llames a una ambulancia, nadie va a venir a llevárselo.  Lárgate.

5- “Esos temas no interesan a nadie, hablemos de cosas importantes o divertidas”. Vete como si te persiguiera el diablo.

6- Risa burlona sin palabras y con mirada aviesa. Lárgate.

7- “Algo sé sobre ello pero no lo suficiente, ni mucho menos. Me interesa. El problema es que no tengo tiempo”. Bien, quédate con tranquilidad, se trata de un inteligente.

8- Respuesta acertada y con pocas palabras: invítalo a la siguiente ronda, guarda tus emociones y no le abraces.

Las causas de ese descenso del cociente intelectual que el estudio de la Universidad de Northwestern hace público deben ser las archiconocidas: nutrición deficiente, fallos educativos, factores sociales, factores ambientales, adicciones tecnológicas, problemas psicológicos variados…

El estudio, en realidad, no es sorprendente sino que viene a corroborar lo que muchos estudiosos y gentes con las neuronas aún intactas estaban observando desde hace bastante tiempo: habitamos una sociedad patológica, cada vez más enferma y el horizonte se presenta con una negritud, sin falsos optimismos ni pesimismos, con realismo, desoladora.

No basta con el dictamen, se hace necesaria la cura, pero cómo hacerlo: el Sistema parece un poseso sin control, un conductor suicida, un jugador ludópata incapaz de ser consciente:

Añádasele la avaricia desbocada, el ultra-individualismo feroz y psicopático. El mundo, la sociedad es un casino, todo y todos es mercancía.

Otros estudios europeos van en la misma dirección. Lo repetiremos: no sorprende y constata la evidencia:

Se está perdiendo la capacidad de leer textos largos, el factor memorístico decreciendo, el déficit de atención aumentando vertiginosamente, la IA escribe artículos, fríos como el hielo, la creatividad menguando y el poder intelectual del razonamiento complejo y abstracto, innato, fundamental en nuestra especie, derritiéndose de forma acelerada como un azucarillo.

Ernst Bauer, quizás exagere en la formulación de su pregunta pero si lo pensamos bien y a la luz de la triste realidad…

Sí, lleva razón, lleva toda la razón.

 


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