Guinea Ecuatorial
Abaha (18/2/2011)jose-bono-en-guinea-ecuatorial
El presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, lo está pasando francamente mal, en lo anímico, claro, pues recursos económicos no le faltan. Engulle a costa del erario público, viaja desde hace la tira de años en vehículo propiedad del Estado y le vigilan y guardan servidores públicos que costea el Estado. Y encima se da garbeos a costa del Estado, como el último -que sepamos- a Malabo, Guinea Ecuatorial. Además, le va a quedar un superjubilación, pública y privada. Y el que no pueda que se fastidie. Pero, parece que algunos medios de comunicación y abogados -entre ellos Panea y Mazón-, andan tras su abundante patrimonio.

Del viaje de Bono a Malabo sabemos poco -nos referimos a las interioridades-, como se sabe poco de la reunión entre el toledano y Zapatero, que duró más o menos como la que mantuvo con Obiang Nguema, unas dos horas. ¿De qué hablaron? Por supuesto, nada de derechos humanos, ni de fusilados al amanecer. Nada de expolios a españoles; nada de humillaciones a las instituciones españolas… ¿De qué  lechugas hablaron entonces?

Por supuesto, de negocios. De las oportunidades para algunas empresas españolas, que buscan negocio como Marco buscaba a su madre desde los Apeninos a los Andes. Marco la encontró, y habrá que estar muy atento a los ´poceros´ que puedan llegar al aeropuerto internacional de Malabo.

La Plaza del Reloj de Bata sigue vacía, como el pasado 16 de este mes estuvieron los aledaños al Congreso de los Diputados. Desaparecidos en combate. La oposición guineana, la mayoría estuvo ausente. Las excusas fueron variopintas, lo cierto es que la asistencia a una supuesta concentración fue mínima. Eso sí, Severo Moto, como un legionario, mantuvo el tipo, junto a Faustino Ondó y pocos más. Otros, mandaron a sus delegados…

En fin, otra vez será.

Vamos de sorpresa en sorpresa. Ahora resulta que el dictador Obiang Nguema está preocupado por la escasa honradez que le rodea, nos referimos a su entorno. De acuerdo con lo que aparece en la página de su gobierno, él, el dictador, se mostró contundente «en su defensa de la honradez ante la jura de los nuevos miembros del Gobierno«. Y ni corto ni perezoso lagó lo siguiente: «La permanencia de alguna gente en los cargos les crea la sensación de que son intocables, y pueden actuar deliberadamente, sin tener en cuenta la observación del pueblo».

Los escuchantes -pelotas y parásitos del clan- que abarrotaban el Palacio del Pueblo de Malabo, no salían de su estupor: «Quienes actúan de esta forma deben saber que tomaremos las medidas pertinentes porque estamos al servicio del País»,  dijo el sátrapa.

Como si un soplo divino le hubiese inspirado, Obiang dijo: «El pueblo no está de acuerdo con los ciudadanos que utilizan sus cargos sólo para obtener intereses personales y privados. Se está registrando un comportamientobiang-nguema-presidente-de-guineao adverso de algunos servidores públicos que en lugar de defender al pueblo y sus intereses, lo que hacen es luchar por sus propios intereses». No, amigo, no. No luchan por sus intereses, mangan, mangan y mangan. Lo cierto es que tienen buen maestro.

Y dentro de esta farsa, no podía faltar lo estrambótico. Pues nada más y nada menos, que una delegación ecuatoguineana participará en la 16ª Sesión Ordinaria del Consejo de Derechos Humanos que se va a celebrar desde  el 28 de febrero al 25 de marzo de este año en Ginebra. Al frente de la misma, con los ojos vendados va el Viceprimer Ministro Tercero, Salomón Nguema Owono, junto con su pesado maletín. La cosa es que tiene reaños.

¡Guineanos, ahí tenemos una buena escusa para presentarnos en Ginebra! Eso sí, con escoltas o abundante personal, pues alguien nos puede diseccionar.